U2 el desencanto
No estoy diciendo que no vaya a ir. Que no haya fans que ya están pidiendo prestada la tarjeta de crédito de la preventa. Que el día que salgan a la venta los boletos no vaya a salir la noticia de que se agotaron antes de que uno pudiera marcar, pero me queda más que claro que la emoción nacional ante el anuncio de que U2 estará dentro de seis meses en nuestro país no es ni remotamente comparable con lo que se vivió hace seis años con el Vertigo Tour, el cual era francamente alucinante.
Desde entonces han pasado muchísimas cosas, entre ellas, sin la menor duda, un cambio de guardia en quienes dictan las modas (que no son los gustos) en mucho de lo musical. Puede parecer hasta vintage (para no decir anticuado) para muchos de los muy jóvenes confesar que a pesar de todo sí son fans de la banda irlandesa. Pero casi al estilo de Mana y Arjona (sin hacer la menor comparación musical, por todo lo que es sagrado no me malentiendan eso) para muchos es casi vergonzoso emocionarse como nosotros lo estábamos entonces.
¿Y los que lo estábamos? Pues muchos se han sentido traicionados por algunas posturas de la banda a través de los años, particularmente los usuarios de iTunes quienes un día amanecieron con una producción completa de la banda que no habían pedido en sus celulares. Quizás eso sea anecdótico para algunos, pero muchos lo sintieron como una invasión de la soberbia y el principio del fin de su romance con la banda.
Tristemente hay que ver que ellos no poseen el milagroso pacto con quien sabe que tienen los Rolling Stones, porque los estragos del tiempo y lo rudo de la vida en gira sí ha afectado la salud de quien fuera el rockstar más deseado por millones en muchos momentos. Cuando quienes compran boletos te ven de la edad de tu papá, más vale que tengas la energía y actitud de Mick Jagger. No digo que Bono ya no la tenga, pero desafortunadamente para muchos percepción es realidad.
Y por algún triste motivo hay muchísima gente que simplemente se niega a creer en las buenas intenciones de la banda, de Bono en particular en sus actos a favor del planeta y la humanidad. Lo acusan de tener un complejo mesiánico, lo cual no puedo entender como problema, considerando que eso, en gran medida es parte de la descripción de una estrella de rock.
Una vez dicho esto y reconociendo a todos los grinches de mi edad o mayores que de por sí odiaban por oficio a la banda, yo debo decir que para una servidora y mis amigos esta es una gran noticia. No volvería a perder todos mis ahorros para poder ir a las tres fechas (que dudo que las haya) como la vez pasada, pero cualquier rendición de The Joshua Tree a mi sí me mueve de cualquier estado de pasividad. Me emociona mucho pues. Pero sé que esta vez seremos menos y que muchos, sin pensarlo dos veces, preferirán ir a los conciertos de Kabbah, OV7 y similares si de nostalgia estamos hablando.
Que alguien me explique
¿Por qué siguen pidiendo licencias de locutor cuando cualquiera tiene Twitter?