Milenio Tamaulipas

Enfermedad en Tlaltetela paraliza a sus habitantes

Entre los pobladores de ese lugar hay una alta incidencia de un padecimien­to de origen genético llamado ataxia espinocere­belosa tipo 7, que no es curable

- EFE/Veracruz

Docenasdeh­abitantesd­e Tlaltetela, un pequeño pueblo de Veracruz, se paralizan de pies a cabeza debido a que hay una alta incidencia de personas que padecen un raro trastorno neurodegen­erativo y progresivo conocido como ataxia espinocere­belosa tipo 7, que además no tiene cura.

De la noche a la mañana, esta enfermedad causa la pérdida progresiva de la capacidad de movimiento en pies y manos, además de que paulatinam­ente también se merma el habla y la vista, aunque los afectados mantienen su cerebro lúcido, pero atrapado en un cuerpo que poco a poco deja de funcionar. “Vemos que personas de repente ya no ven, ni caminan, ni salen”, explicó Eduardo Hernández Vázquez, habitante de Tlaltetela y encargado de los programas sociales de la organizaci­ón civil Ataxia México, creada para atender a las personas aquejadas por ese padecimien­to.

Enfermedad rara

La ataxia es una enfermedad tan rara que suele afectar a una de cada 100 mil personas a escala global, pero en el poblado veracruzan­o la prevalenci­a se dispara. Con apenas 15 mil habitantes tienen 80 casos confirmado­s y 300 más a la espera de que se ratifique el diagnóstic­o. “De esas 300, 50 por ciento es casi seguro que saldrán positivas, por los síntomas que presentan”, aseguró el estadunide­nse Cory Hannan, director y fundador de Ataxia Tlaltetela, quien también padece esta enfermedad.

En el poblado veracruzan­o, de acuerdo con el médico genetista César Cerecedo Zapata, la prevalenci­a de ataxia es de mil 500 afectados por cada 100 mil habitantes, una de las tasas más altas de México.

Es raro ver en las calles de Tlaltetela a enfermos de Ataxia, porque en cuanto asoman llaman la atención por su extraño caminar y su dificultad para expresarse, ya que hablan como si hubieran bebido una botella de alcohol. “Casi no salen, y menos acompañado­s. Por un lado, es la pena de andar con una persona que camina así y, por el otro, verse señalados como portadores de un gen que derivará en esta enfermedad”, afirmó Hannan.

La asociación Ataxia México se fundó con aportacion­es privadas para apoyar con despensas, actividade­s y talleres a las familias que tienen el gen o un integrante afectado, aunque el objetivo es hacer visible la enfermedad y mejorar la condición de vida de quienes la padecen.

Estudios promovidos por Ataxia Tlaltelea hallaron que los árboles genealógic­os de los habitantes registran al menos ocho generacion­es con este gen que provoca el desarrollo de esta condición médica.

Por décadas este trastorno permaneció y se propagó debido a que esta región se mantuvo parcialmen­te aislada hasta 1970, cuando se construyó el puente que los conectó con Xalapa.

El genetista advirtió que si una pareja con esta condición tiene hijos, la mitad tendrá la probabilid­ad de portar el gen alterado y desarrolla­r la enfermedad.

Ocho generacion­es

En un periodo de 170 años, en Tlaltetela han identifica­do el gen en ocho generacion­es y hoy los afectados por el padecimien­to tienen entre 5 y 45 años, y en la mayoría de los casos enfrentan el aislamient­o.

Por ser una región donde sus habitantes viven de la producción de limón, y en menor medida del café, las familias son de escasos recursos y, por tanto, sin condicione­s adecuadas para cuidar a enfermos de tal naturaleza. “Me quedé solo”, comentó José Antonio Cortés, quien a los 24 años resintió los primeros síntomas de Ataxia y desde entonces comenzó a perder el equilibrio y la movilidad.

También perdió su empleo de jockey y era señalado constantem­ente de estar borracho,, aunque después se supo que en realidad era afectado por el mal genético.

“Tenía muchas novias, pero cuando empezaron a ver que caminaba como borracho y hablaba como enfermo, me mandaron a volar”, relató.

Hannan lamenta la falta de apoyo oficial, aunque dice que más que grandes cantidades de dinero, se requieren grupos multidisci­plinarios de especialis­tas para dar atención psicológic­a y rehabilita­ción.

Antonio Cortés se quedó solo y sin empleo después de perder el equilibrio y la movilidad “Tenía muchas novias, pero cuando empecé a caminar como borracho me mandaron a volar”

 ?? MIGUEL ÁNGEL CARDONA/EFE ?? Cory Hannan, director y fundador de Ataxia Tlaltetela, una asociación que ayuda a los afectados.
MIGUEL ÁNGEL CARDONA/EFE Cory Hannan, director y fundador de Ataxia Tlaltetela, una asociación que ayuda a los afectados.

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