Sigala, Jorge Reynoso o Pedro Elizalde
Es indudable que los problemas son una parte ineludible de la vida. Entendamos que si queremos vivir, habremos de enfrentar problemas; que lo que es el beneficio de uno, es el perjuicio del otro, y que ejercer el razonamiento en un problema no necesariamente significa que se pueda resolver.
Existen entre otras tres actitudes para afrontar la resolución de los problemas: “Soy incapaz de solucionar nada”; “Nada es demasiado difícil para mí” y “Algunas cosas podré resolver y otras no”.
Si desde el principio supone que es incapaz de resolver cualquier problema, estará siempre sentenciado a depender de alguien para sobrellevar su vida; y vivir encadenado a otros para que le solucionen sus problemas, es condenarse a la depen- dencia. Si parte de la base de que no hay nada que esté más allá de sus posibilidades, tampoco es el camino más recomendable.
No existe un ser humano todopoderoso... todos tenemos limitaciones. Quien piense que todo lo puede, se equivoca, y en algún momento la realidad se encargará de demostrárselo.
Si tiene una apreciación objetiva de sus posibilidades y reconoce que algunas cosas podrá resolver y otras no, está mucho más preparado para un mejor vivir.
Es importante aceptar que hay hechos que escapan de nuestra decisión, y que por más buena intención que tengamos, no lograremos cambiarlos.
Eso no significa que deje de hacer todo lo que deba, si no para solucionar, sí al menos para tratar de mejorar la situación en lo que pueda. Pondere siempre hasta dónde pueden llegar sus posibilidades, y trate de llegar hasta el límite, pero sin perder la objetividad.
Si es de los que siempre está tratando de hacer lo que no puede... podrá vivir siempre frustrado.
Para que los problemas no le impidan tener una vida plena, habrá de tener fe en su capacidad para analizar y resolver todos y cada uno de los que se le presenten, sin nunca pensar que no puede, como tampoco creerse omnipotente.
Amigo lector: sea objetivo, alégrese por los problemas que haya podido resolver y no se amargue por los que se quedaron sin solución. Descanse en la satisfacción que le da el saber que siempre ha hecho todo lo que ha estado de su parte. ¿Qué opina? M