Termina luna de miel entre Trump y Jinping
Tanto la amenaza de sanción a un banco chino como la venta de armas a Taiwán son garantía de que serán la molestia del gobierno de Pekín
Menos de 100 días después de que Donald Trump recibió a Xi Jinping en su complejo turístico en Florida y predijo que los dos presidentes “tendrían una relación grandiosa, muy grandiosa”, la luna de miel de Mar-a-Lago terminó.
El jueves, el presidente estadunidense amenazó con imponer sanciones a un banco chino por presuntamente tener tratos con Corea del Norte y confirmó un nuevo paquete de venta de armas para Taiwán. Las dos medidas son garantía de que van a molestar a Xi.
Pekín expresó antes su oposición a las sanciones dirigidas contra empresas chinas, las cuales considera “una jurisdicción extraterritorial”, y desde hace algún tiempo considera a Taiwán una “provincia renegada”.
Pero el momento, desde el punto de vista de Pekín, le añade leña al fuego. En este momento Xi se encuentra en Hong Kong, donde el sábado presidió la ceremonia que marca el vigésimo aniversario del regreso a China de la antigua colonia británica. “El lado chino ya veía venir esto, pero probablemente es el momento lo que le exaspera”, dijo Yanmei Xie, de Gavekal Dragonomics, una consultora con sede en la capital china. “Pekín quiere que los medios internacionales se centren en la pompa y ceremonia de la visita de Xi Jinping a Hong Kong, no en su fracaso para controlar a Corea del Norte”.
Los dos presidentes también programaron una reunión la próxima semana en Alemania, al margen de la cumbre del G20, en lo que ahora seguramente será un encuentro más frío en comparación con la primera reunión en Mar-a-Lago en abril.
Las sanciones propuestas se dirigen al Banco de Dandong, una institución relativamente pequeña pero es un gran símbolo. La última vez que EU fijó la mira en un banco chino por presuntos tratos con Corea del Norte fue en 2007, cuando el gobierno de Bush le prohibió a las compañías estadunidenses tener negociaciones con el Banco Delta Asia en Macao.
La medida contra el Banco de Dandong y el paquete de armas para Taiwán con valor de mil 400 millones de dólares también se produce dos semanas antes de que las dos mayores economías del mundo terminen la ronda inicial de negociaciones que busca “reequilibrar” su relación comercial.
Pocas horas después de anunciadas las dos medidas, el nuevo embajador de Trump en Pekín celebró los “primeros frutos” de esas negociaciones y el gobierno chino levantó una prohibición de largo tiempo sobre las importaciones de carne de res estadunidense. “Esperamos casi 14 años para esto”, dijo Terry Branstad a los periodistas y los ganaderos estadunidenses en la ceremonia del jueves. “Es una prioridad clave para el presidente de Estados Unidos reducir el déficit comercial (con China) y esta es una de las formas en las que podemos hacerlo”.
Branstad agregó que la reanudación de las importaciones de carne vacuna estadunidense en China representaba un “nuevo comienzo” en la relación entre los dos países.
Sin embargo, a diferencia de otros presidentes, Trump vinculó explícitamente las conversaciones de seguridad entre China y EU con las disputas comerciales y económicas. En abril, el presidente estadunidense dijo que le prometió a Xi un acuerdo comercial “mucho mejor” si Pekín ejercía más presión sobre Corea del Norte, que trata de desarrollar misiles nucleares capaces de llegar a la parte continental de EU.
Los analistas chinos dicen que eso aumenta la posibilidad de que Pekín pueda responder a los desaires en asuntos de seguridad con represalias en comercio y cuestiones económicas. “Las acciones unilaterales como ésta no van a funcionar y pueden resultar contraproducentes”, dijo He Weiwen, del Centro para China y la Globalización, un ente de expertos. “Van a ensombrecer la futura cooperación entre China y EU”.