Es un vehículo blindado
De 12 toneladas y con tecnología para repeler ataques, que aquel país prestó a la Policía Federal por un año sobre todo para el traslado de criminales, aunque también puede ser usado en operativos especiales
Rusia prestó a México, a través de un comodato, un vehículo equipado con la última tecnología en blindaje para trasladar a criminales de alta peligrosidad.
El vehículo, denominado operativamente Mamut, podrá ser operado por un grupo de 70 elementos del Servicio de Protección Federal, quienes fueron capacitados por rusos para su uso correcto.
Jazmín, originaria de Puebla, es una de esos elementos que aprendió a conducir el auto más grande y sofisticado con que cuenta la Policía Federal. La agente, de 31 años, explicó a MILENIO que el Mamut comenzó operaciones hace cinco meses y ya se han realizado traslados de presos.
El vehículo es estándar y cuenta con 10 velocidades: ocho para avanzar, una de reversa y una más exclusivamente para empujar en momentos específicos.
Pesa 12 toneladas y tiene capacidad para cargar 11, es decir, puede llegar a mover hasta 23 toneladas con una velocidad ideal de 80 kilómetros por hora, aunque alcanza los 100 kilómetros y mantiene estabilidad sin riesgo de volcadura.
El manejo del vehículo, aseguró Jazmín, es el mismo que cualquier vehículo estándar, aunque en las primeras ocasiones el peso provoca dificultades para que el conductor pueda echarlo a andar. El Mamut es el vehículo de seguridad más grande del país y es único en su tipo. Los niveles de protección son los más altos que se puedan encontrar en México.
Por ejemplo, tiene un blindaje 3 y protección antiexplosivos que permite soportar un ataque de hasta 3 kilos de dinamita, además de un sistema antirrebote que ante cualquier ataque ayuda a garantizar que las personas dentro no sufran ninguna lesión.
“Aguanta ataques de calibre como 50, 2.23 y está acondicionado para salir de una zona de peligro con solo tres neumáticos funcionando. Las llantas pueden resistir hasta 15 disparos de armas de fuego y salir sin ningún problema”, explicó Jazmín.
Estas llantas, detalló, cuentan con una bomba interna que en cuanto sufre un ataque, vuelve a llenarlas para que tengan capacidad de avanzar aun baleadas.
El conductor tiene el control ab- soluto del vehículo. Cuenta con un tablero de más de 30 botones que controlan cada espacio. Incluida la palanca que permite calibrar las llantas en un momento de riesgo.
“También están los botones para las luces interiores y exteriores, el botón para el ventilador, los extractores que sirven para meter aire fresco o para sacar químicos en caso de que hubiera pólvora aquí dentro. una palanca para ajustar la presión de las llantas, si es para caminos pesados como hielo o lodo o para caminos tranquilos”, refirió.
A diferencia de los Rinocerontes, que eran los autos de seguridad más grandes de las autoridades mexicanas, el Mamut duplica el espacio, pues pude trasladar a ocho personas, más el conductor y el copiloto.
Los asientos cuentan con un sistema antitrauma que consiste en estar separados del suelo y de las personas que pueden ir a un lado, con el objetivo de que al momento de un ataque, no sufran un impacto entre sí o contra el piso.
“Cada asiento cuenta con cinturón de seguridad porque cada vez que transportamos a una persona, ya sea privada de su libertad o procesado, es nuestro deber asegurarlo bien, garantizar su integridad física”.
Además el vehículo está forrado por dentro con un colchón que impedirá