UNA DÉCADA SIN MEDICINAS
Hay deficiencias al surtir recetas desde 2007
El desabasto de medicamentos en la Secretaría de Salud de Tamaulipas se originó desde el gobierno de Eugenio Hernández Flores, y con Egidio Torre Cantú no solo persistió el problema, sino que se generó un gran desorden administrativo en la dependencia, provocando daños a la hacienda pública y violando la normatividad.
Desde hace por lo menos diez años, las cuentas públicas del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) y del Seguro Popular, están plagadas de irregularidades, entre las que destaca la insuficiencia de medicamentos y el pago a sobreprecio de los mismos.
Incluso, el organismo fiscalizador encontró quejas de pacientes por que le cobraban las consultas médicas, así como el surtido de sus recetas.
COMIENZA EL CAOS
Eugenio Hernández Flores gobernó Tamaulipas del año 2005 al 2010.
Al revisarse el FASSA en su cuenta pública de 2007, la Auditoría Superior de la Federación detectó que no había un adecuado control en el registro y entrega de medicamentos, y en los inventarios no coincidía lo reportado con la existencia.
Había medicamentos caducos de 89 claves, y próximos a caducar, de 15, en los almacenes de las unidades de salud. En los hospitales Canseco de Tampico y Alfredo Pumarejo de Matamoros, no tenían en sus existencias las 292 claves de medicamentos esenciales, manejados en el cuadro básico de salud.
“Se observó que existe un desabasto de medicamentos y otros insumos esenciales para la salud”, apuntó la ASF, ordenando el abastecimiento de las farmacias. En las jurisdicciones sanitarias no había un control adecuado sobre el surtimiento de las recetas.
EN 2008
En 2008, al visitarse las farmacias del hospital Canseco y el Centro de Salud de Tampico, se tomó una muestra de 150 recetas y se encontró que 40 no fueron surtidas.
Incluso se tuvo conocimiento de que ese año hubo unidades donde no se proporcionada medicamento a la población abierta, sólo se ofrecía consulta médica.
“Se constató que el abasto de medicamentos se encuentra subrogado a la empresa Comercializadora Hisa”, asentó la ASF en su dictamen.
La Secretaría de Salud tuvo incumplimiento en 38 metas establecidas. El “Porcentaje de usuarios satisfechos con la cantidad de medicamentos que le entregaron” se encontró en situación crítica.
Eran dos vertientes. Se detectó una política de cuidar los medicamentos, por lo que no se les surtía al 100% a los pacientes, “además se ha carecido de medicamentos”, apuntó el ente fiscalizador.
EN 2009
En 2009, se constató que el abasto de medicamentos no se realizaba de acuerdo con las fechas establecidas en un calendario anual para la entrega de los mismos.
“En algunos casos, se constató que el abasto de medicamentos se encuentra a cargo de la empresa Comercializadora Hisa, S.A. de C.V, no obstante, la existencia de medicamentos es insuficiente para atender la demanda de la población”.
En el Seguro Popular, continuó el nivel crítico en el indicador “Satisfacción por el surtimiento de Medicamentos” y “Surtimiento completo de medicamentos”.
Por otro lado, se adquirieron medicamentos a precios superiores a los determinados por la Secretaría de Salud, lo que originó un pago en exceso por 20 millones de pesos. Además, se hicieron compras que no estaban consideradas, por 4.3 millones.
EN 2010
En 2010, último año de gobierno de Eugenio Hernández, la adquisición de medicamentos no cumplió con los procesos de licitación pública o concursos de invitación en sus diferentes modalidades, además de no ser autorizadas por el Comité de Compras y Operaciones Patrimoniales.
En visitas a farmacias de Centros de Salud en Victoria, se revisó una muestra de 107 recetas médicas y el 35% se surtió de manera incompleta. De los 288 medicamentos del cuadro básico prescritos, 50 no se entregaron al paciente, por desabasto.
LLEGA EGIDIO
En el gobierno de Egidio Torre, el desabasto e irregularidades en torno a la adquisición de medicamento fue también la constante.
En 2011, de una muestra de 110 recetas médicas, el 25.5% se surtió de forma incompleta. La ASF pidió mantener el nivel de existencias adecuado para dar la debida atención a la población abierta.
También se detectó que la Secretaría no efectuó las adquisiciones de manera consolidada para abaratar los costos, como era procedente, sino que fraccionó los pedidos para realizar compras directas.
De la cuenta pública del Seguro Popular, el Estado tuvo que devolver recursos a la Federación por 14.7 millones de pesos, por haber comprado medicamento, material de curación y otros insumos a un precio excedido, abriéndose un expediente administrativo.
Al aplicarse una encuesta, entre las quejas más recurrentes del Seguro Popular estuvieron: Cobro de la consulta médica (7.5%) y del medicamento o estudios de laboratorio (6%).
35% dijo que “a veces” recibía el medicamento completo y 2.8% respondió que “nunca”.
El promedio de medicamento surtido a los beneficiarios fue de 75%. Las causas: porque no se tenía en existencia o porque no lo cubría el Seguro Popular.
10.2% dijo haber tenido que pagar por el medicamento que le surtieron y en promedio pagaron 383 pesos.
El 65.4% tuvo que comprar el medicamento que no le surtieron y en promedio gastaron 575 pesos.
EN 2012
En la auditoría 2012 del FASSA, se halló medicamento caduco y desabasto.
El porcentaje de recetas surtidas de forma completa a partir de una muestra de auditoría fue de 36.8%, cuando en 2011 alcanzó 74.5%, lo que implicó un decremento de 37.7 puntos porcentuales.
Se hallaron medicamentos caducos (con fecha de vencimiento de 2007 a 2011) en el hospital José María Cantú de Reynosa, pero no se reportaron a la Coepris para su aseguramiento.
En el Seguro Popular, entre las quejas más recurrentes volvió a estar el cobro de medicamentos y estudios de laboratorio (9.7%) que, de hecho, se incrementó porque el año anterior fue de 6%.
En 2013
En el año 2013, al analizarse 150 recetas médicas, 4.7% no fueron surtidas en su totalidad, 1.3% no contaban con sello de entregado, y 94% no tenían firma de recibido por parte del beneficiario.
36 claves de medicamentos no correspondían al Cuadro Básico y Catálogo de Medicamentos, 255 medicamentos no tenían clave y 132 no especificaban la cantidad y no se tenía evidencia de que el medicamento se hubiera entregado posteriormente.
No se disponía de las licencias ni de las condiciones físicas adecuadas para el manejo, control y resguardo de medicamentos.
En los hospitales Canseco y Psi- quiátrico de Tampico no existió un calendario de distribución de medicamentos de acuerdo con las necesidades reales y que fuera congruente con la demanda de la población.
Del Seguro Popular, se revisaron 150 recetas médicas; 35 no contaron con las claves de medicamentos, 54 no tenían sello de surtido, 40 carecieron de firma de recibido por parte del beneficiario, 30 no tenían cantidad de medicamento recetado, y no existía evidencia de que los medicamentos no entregados se surtieron posteriormente.
Una vez más, usuarios se quejaron de que no se surtió el medicamento y que en ocasiones se los cobraron, así como los estudios de laboratorio. La falta de medicamento tuvo un incremento de trece puntos porcentuales.
La ASF destacó en sus conclusiones, las deficiencias en el control y entrega de medicamentos en las unidades médicas visitadas, ya que no existían mecanismos para asegurar su manejo adecuado para surtir la totalidad de las recetas médicas y evitar su caducidad.
EN 2014
En 2014, se fiscalizó el Programa de Apoyo para Fortalecer la Calidad en los Servicios de Salud, teniéndose que aclarar el uso de 14.8 millones de pesos, de los que se lograron recuperar 6.6 millones.
Al 31 de diciembre de ese año, la entidad federativa no había comprometido ni devengado el 74.7% de los recursos transferidos, e incluso, un año después, todavía tenía pendiente de ocupar un importe de 5 millones de pesos.
En el ejercicio de los recursos, el estado registró inobservancias a la normativa, principalmente en materia de destino de los recursos, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y su reglamento.
EN 2015
En el FASSA 2015, los Servicios de Salud de Tamaulipas no realizaron auditorías internas y externas para la evaluación de sus principales procesos (mecanismos de protección contra riesgos sanitarios; promoción de la salud y prevención de enfermedades; atención y la seguridad en salud y, abasto y entrega oportuna y adecuada de medicamentos).
De nueva cuenta, el común denominador fueron recetas sin surtir al cien por ciento y otras sin firmas, ni manera de asegurarse que se hubieran entregado de manera lícita.
Además se descubrieron medicamentos que entraron al almacén entre agosto y octubre de 2015, peros caducaban en julio y agosto de 2016.
EN 2016
De la cuenta pública del Seguro Popular 2016, se determinaron recuperaciones por 55.3 millones de pesos, señalándose que se configuró un posible daño a la hacienda púbica. Además, hubo un subejercicio de recursos por 22 millones de pesos, cuya aplicación quedó pendiente, generándose cinco pliegos de observaciones.
Se incurrió en inobservancias a la normativa, principalmente en materia de transferencia de recursos, destino, servicios personales, medicamentos, material de curación y otros insumos y pagos a terceros por servicios de salud.
Se compraron medicamentos que excedieron el precio de referencia autorizado y medicamentos no contemplados en el Catálogo Universal de Servicios de Salud.
Se adquirieron 604 servicios de diagnóstico de terapia pulpar y radiografía periapical por 331 mil pesos en los contratos 069/2015 y 072/2016, sin estar amparados en los mismos.
No se acreditó la preparación académica para el puesto, por parte de 14 trabajadores. Además se hicieron pagos posteriores a un empleado que causó baja.
En las adjudicaciones directas para el suministro de medicamentos y material de curación, no se sustentaron los motivos para evitar la licitación pública.
La constante en la fiscalización de cuentas públicas de la Secretaría de Salud (manejo de programas federales) fueron los dictámenes “con salvedad” por parte de la Auditoría Superior todos estos años.
Pacientes se quejaban de que tenían que comprar el medicamento, pues no había o se lo cobraban Incluso, en ocasiones tenían que pagar por la consulta brindada en el Seguro Popular