Gerardo Ruiz Esparza no es coreano
El domingo 27 de abril de 2014, Chung Hon-won, primer ministro de Corea del Sur, pidió perdón, dijo que asumía, de parte del gobierno, la responsabilidad y puso su renuncia en la mesa. 302 personas habían fallecido por el hundimiento de un ferry. Las investigaciones decían que la catástrofe se produjo por una combinación de “pobre ética de trabajo” de la tripulación, lagunas en las normas de seguridad, aplicación laxa de la reglamentación. No hubo intencionalidad. No fue provocado. El primer ministro presentó su renuncia.
“Quedarme en el puesto presenta una carga demasiado grande para la administración —declaró Chung—; mientras veía a familias sufriendo con el dolor de perder a sus seres queridos y la tristeza y resentimiento del público, pensé que era momento de asumir toda la responsabilidad. Ha habido tantas irregularidades y prácticas que han salido mal”.
En 2009, respecto a otro asunto grave, el ministro de la Suprema Corte Arturo Zaldívar escribió:
“Los dirigentes son responsables de las entidades que dirigen. Son causantes de los éxitos, pero también lo son de los errores graves que se cometen por acciones u omisiones. Los aciertos serán suyos, pero los errores también. La toma de protesta del cargo conlleva automáticamente la responsabilidad en el ámbito de acción de la institución a su cargo. Éste es el sentido de protestar guardar y hacer guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen…
“…Si desde el primer día cobran íntegro su salario y disfrutan de los beneficios del cargo que ostentan, es lógico y razonable sostener que, desde ese primer día, asu- men la responsabilidad de la dependencia o entidad que dirigen…
“La responsabilidad del Estado por violaciones graves a derechos fundamentales no puede desaparecer en un mar de formalismos mediante los cuales al final nadie es responsable de los hechos, o que lo sean solo los niveles más modestos de la cadena de mando. Un Estado democrático es un Estado responsable, y éste solo es factible con servidores públicos que asuman la responsabilidad de las instituciones que se encuentran a su cargo”.
El ministro Arturo Zaldívar nunca pidió cárcel para alguien. Pidió que asumieran su responsabilidad.
Gerardo Ruiz Esparza, como el resto, no son coreanos. Solo funcionarios mexicanos.
Esta columna la publiqué, casi a la letra, hace tres años sobre otro evento trágico. Vivo en un país donde todo sigue igual.