Milenio Tamaulipas

Señalan a regidora de generar desorden

- Aristeo Abundis/Pánuco

Mi esposa carece de sentido común -dijo don Chinguetas-. Se compró unos patines para hielo sin tomar en cuenta que no tiene pista donde patinar”. “Mi señora es igual -declaró don Algón-. Se compró una raqueta de tenis sin tomar en cuenta que no tiene cancha donde jugar”. “Mi mujer está peor-manifestó don Cornulio-. Se compró un paquete de condones sin tomar en cuenta que no tiene pija”. Otro relato sobre el mismo tema. Un señor de edad madura llegó a la farmacia y pidió unos condones. Le preguntó el farmacéuti­co: “Si no es indiscreci­ón, caballero, ¿qué edad tiene usted?”. Respondió el otro: “Acabo de cumplir 75 años. Mi señora tiene 73”. Dijo el de la farmacia: “Perdone que me meta en su vida privada, pero a esa edad su esposa ya no puede concebir. No es necesario que use usted condón”. “No los uso con mi esposa -replicó el septuagena­rio-. Ella odia el olor a hule quemado”. Empédocles Etílez, ebrio consuetudi­nario, estaba bebiendo en la barra de la cantina “Bob & Bill”. Le preguntó al cantinero: “¿Viste si se me cayó el vaso de cerveza en el pantalón?”. “No, señor -respondió el hombre-. No se le ha caído ningún vaso”. “Lo que me temía -suspiró Empédocles-. Entonces fue obra interna”. Simplician­o, joven varón sin ciencia de la vida, casó con Pirulina, muchacha sabidora. A los tres meses del desposorio ella habló con los papás de su flamante maridito. “Creo -les dijo- que tendré que divorciarm­e de Simpli”. “¿Por qué?” -se consternar­on ellos. Explicó Pirulina: “Llevamos ya tres meses de casados y aún no ha consumado el matrimonio”. Le pidió la mamá: “Déjanos hablar con él”. Ese mismo día lo buscaron, y su papá le preguntó: “¿Puedes explicarno­s inmediatam­ente el por qué tu esposa te es indiferent­e? ¿Es que no las sabes, o no las supones, de todo casado las obligacion­es?”. “Déjate de versos -lo interrumpi­ó la señora-. A ver, hijo. Pirulina nos dice que han pasado tres meses desde que se casaron y todavía no le haces el amor. Dinos por qué”. Respondió el cándido mancebo: “No sabía que tuviera prisa”. Conocemos ya a don Ulero. Es hombre de extremada prudencia, virtud que algunos malquerien­tes suyos confunden con miedo o pusilanimi­dad. En una ocasión fue de cacería a África. Cerca de su campamento merodeaba un feroz león que había dado cuenta ya de varios cazadores, motivo por el cual los nativos lo llamaban Matabwanas. Una mañana el guía de don Ulero llegó muy agitado y le dijo: “Bwana: acabo de ver las huellas del Matabwanas”. “Vamos -replicó prontament­e don Ulero-. Tu seguirás las huellas del león para ver a dónde va, y yo las seguiré para ver de dónde vino”. Pepito le preguntó a su abuelita: “Abue: ¿cuántos años tienes?”. Respondió la señora: “Tengo 70”. “¡70! -se asombró el chiquillo-. ¿Y empezaste desde uno?”. Don Languidio Pitocáido sufría ciertos problemas de disfunción eréctil. Fue a la consulta de un médico especializ­ado en esa afección tan común. “No pudo usted haber llegado en mejor momento -le dijo el facultativ­o-. Acabo de conseguir un pomo de las miríficas aguas de Saltillo, capaces de poner en aptitud de hacer obra de varón hasta a la mismísima momia de Tutankhamo­n. Beba usted un centilitro de esas taumaturga­s linfas y vaya a su casa a cumplir con su señora como los meros buenos”. Apuró ahí mismo don Languidio el prodigioso líquido y salió del consultori­o. Media hora después sonó el teléfono del médico. Quien llamaba era don Languidio: “¡Doctor! -le dijo entusiasma­do-. ¡Ya llevo tres!”. “Lo felicito -se alegró el galeno-. Su esposa debe estar muy satisfecha”. Replicó el señor: “Todavía no llego con mi esposa”. FIN. Susana era una bella mujer. Era tan bella como su nombre, que viene del hebreo y significa lirio.

Una tarde se estaba bañando en la fuente del bosque. Las aguas se aquietaban para acariciarl­a, y el viento frío que bajaba del monte se hacía cálido después de rozar su piel.

Ocultos atrás de los arbustos unos ancianos la miraban. La tradición dice que eran dos. En verdad eran tres. El tercero estaba más atrás, y ni Susana ni los otros dos ancianos lo veían.

Estos dos viejos pretendier­on gozar lo que el agua y el viento habían gozado, pero Susana los rechazó, pues era casta. Entonces la acusaron falsamente de adulterio, y la hermosa mujer fue condenada a muerte.

Yahvé, sin embargo, la salvó. Dijo: -Es demasiado hermosa para morir. Yahvé era el tercer anciano que la había visto bañándose en la fuente. Eso no lo dice la tradición.

¡Hasta mañana!... “. Trump salió de vacaciones.”. “¡No regreses, por favor!”, le pide a gritos su equipo, pues desde que falta el tipo las cosas andan mejor.

Mientras a nivel estatal el presidente del Partido Revolucion­ario Institucio­nal Renato Alarcón, había destacado que tras las elecciones los nombramien­tos de delegados regionales quedaban sin efecto, a fin de entrar en el proceso evaluativo que culminaría con decisiones trascenden­tes en la asamblea a nacional del próximo 12 de Agosto, en Pánuco, circularon durante días pasados, invitacion­es por parte de un grupo de personas atribuidas por órdenes e intereses de la regidora electa Anabel Ponce Calderón, para la supuesta toma de protesta de una nueva delegada partidista.

Se trata del presunto nombramien­to de la tantoyuque­nse, Socorro Ruiz, quien aseguraba tener el aval estatal para asumir esta función, sin embargo, los dirigentes de seccionale­s y de colonias populares, no acudieron al referido evento programado en las instalacio­nes del partido, por considerar­lo irregular.

Así lo destaca Elida Hernández Cázares, ex líder de colonos quien llamó oportunist­as a los organizado­res y responsabl­es de literales actos de rapiña en busca de tener el control del partido y allegarse las candidatur­as que estarán en juego antes de finalizar el año de las cuales se asume que aun sin tomar posesión como regidora, Ponce Calderón pretende ser candidata, argumentad­o control político en la zona.

Destacó que con estas acciones, solo se evidencia la miseria política y el desorden existente en el partido, luego de la derrota en las pasadas elecciones en donde los aspirantes a ediles no realizaron aportación alguna de votos.

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