Al dejar abierta la
Posibilidad de lanzar una acción militar contra Nicolás Maduro, genera incomodidad en el hemisferio
Donald Trump solo necesitó siete palabras para poner en peligro uno de los resultados más importantes de la política de Barack Obama en América Latina.
“No voy a descartar la opción militar”, aseguró el presidente estadunidense el viernes en referencia a Venezuela.
Tras ocho años en los que el presidente anterior trabajó por situar a Estados Unidos como socio de la región latinoamericana, su sucesor desenterró —de momento solo en el discurso— la posición que en el siglo XX le valió a su país el calificativo de imperialista en América Latina.
“Tenemos tropas en todo el mundo, en lugares que están muy, muy lejos. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y muriendo. Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar si es necesaria”, insistió Trump.
Han pasado 28 años de la última intervención militar de EU en la región: en 1989, en la llamada Operación Causa Justa, el también republicano George H. W. Bush dio luz verde a la invasión de Panamá y capturó a Manuel Noriega.
EU había venido trabajando junto a sus socios en los últimos meses para hallar una salida a la crisis venezolana por la vía diplomática.
En medio de los esfuerzos multilaterales por presionar a Nicolás Maduro para que dé marcha atrás a la Asamblea Nacional Constitu- yente, Trump puede haber roto el fiel de la balanza con su amenaza al mandatario venezolano.
“Con un comentario”, indicó Geoff Ramsey, experto en Venezuela de WOLA, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, Trump “pone en serio peligro los productivos esfuerzos multilaterales para abordar la crisis”.
“Esto es de lejos la cosa menos útil que la Casa Blanca podía decir sobre Venezuela ahora mismo”, reaccionó Ramsey en Twitter.
Trump, además, no solo está dando aire a Maduro en el interior, sino que está abriendo una brecha en América Latina que puede revivir el sentimiento antiestadunidense.
Evo Morales, uno de los aliados de Maduro, fue de los primeros en reaccionar a la amenaza. “Ahora sabe el mundo: quienes estaban contra Maduro solo buscaban la intervención militar del imperio”, manifestó el presidente boliviano.
Las reacciones de otros gobiernos latinoamericanos no alineados con Maduro comenzaron a llegar ya.
Chile rechazó a través de su canciller la “amenaza de una intervención militar en Venezuela”. El ministro de Exteriores de Perú se la reprochó también a Trump. “La crisis en Venezuela no puede resolverse mediante acciones militares”, manifestó la cancillería de México.
Ben Rhodes, uno de los asesores más cercanos a Obama, asegura que no había peor paso posible a dar que el que ha dado el presidente norteamericano ante la situación en Venezuela. “Maduro se agarrará a la amenaza de Trump”, escribió en Twitter.
Rhodes fue el artífice de la política de acercamiento a Cuba que llevó a cabo Obama, la cual sirvió a su vez para mejorar las relaciones con el resto de los socios latinoamericanos. La amenaza dada por Trump puede llevar ahora a una marcha atrás.
“Entorpece todo el buen trabajo que ha hecho su equipo del Consejo de Seguridad Nacional debilitando a la oposición de Venezuela y alineando a la región”, aseguró en Twitter Mark Feierstein, otro de los asesores de Obama.m
“Es la cosa menos útil que la Casa Blanca pudo decir sobre Venezuela”, señala asesor de Obama