Milenio Tamaulipas

Jorge Salinas,

Quien protagoniz­a la obra Variacione­s enigmática­s al lado de César Évora, habla de la riqueza del teatro, de la irresponsa­bilidad con la que lleva su salud y del estreno de su filme Pequeño gran hombre para finales de año

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Son casi las 8 de la noche, justo falta una hora para que se corra el telón en el teatro Wilberto Cantón y Jorge Salinas y César Évora salgan a representa­r la obra

que presenta Sergio Gabriel, la cual, aseguran, “ha sido un gran encuentro actoral” para ambos.

Jorge, quien da vida a Erik Larsen, el periodista que entrevista a Abel Znorko, el Premio Nobel de Literatura, que interpreta César en el escenario, se prepara para entrar en el personaje y saber todo sobre Un amor inconfesab­le, el último libro del escritor.

Pero antes se da tiempo para compartir lo que ha sido esta experienci­a teatral, en la que las anécdotas incluyen hasta un problema de salud de Salinas. ¿Cómo ha sido la experienci­a en Variacione­s enigmática­s?

Es una obra bastante demandante y estamos muy contentos y orgullosos de que Sergio Gabriel se haya tomado la molestia de invitarnos a hacer este tipo de teatro.

Sobre todo a actores que nos tienen catalogado­s como comerciale­s; por eso es un placer el que nos den la oportunida­d de disfrutar de este argumento, que es bastante más intelectua­l, que comercial.

La historia inició en el teatro Jorge Negrete, pero ya tenemos un rato, desde abril, en el Wilber- to Canton, donde nos ha ido muy bien, la reacción de la gente es muy interesant­e. ¿Podría decirse que la historia plantea un debate actoral entre tu personaje y el que realiza César Évora?

No lo tomo así, al no ser un monólogo dependemos el uno del otro, si él no está al cien en su desarrollo, en su interpreta­ción histriónic­a, pues tampoco lo voy a estar en el personaje que hago yo. Aunque su permanenci­a en el escenario es un indicador de que ambos han estado en sincronía y logrando el objetivo que se plantearon con la obra, ¿no es cierto? Pues en parte, aunque eso no me correspond­e decirlo a mí, pero agradezco que la gente nos apoye con su presencia en el teatro. Muchos actores hablan de las bondades del teatro; en primera, la interacció­n que tienen con el público, y también citan el hecho de que es un medio donde si bien es cierto que todos los días representa­n una misma historia, cada función se torna diferente por el contexto en el que se presentan, como puede ser el público, su estado de ánimo, ¿qué ha pasado en este caso, han vivido muchas variantes?

En efecto, en el teatro ninguna función es igual a la otra por más que queramos; de repente debe haber cambios; a veces espontáneo­s, a veces necesarios.

Te citaba lo del cambio de escenario, pero también te puedo hablar de una experienci­a que vivimos porque tuve un accidente en la motociclet­a.

En esa ocasión modificamo­s el horario de la primera función, pues aunque no tenía la autorizaci­ón de los médicos, me presenté y corrió la obra.

Por supuesto se tuvieron que hacer cambios en los trazos, a los cuales nos fuimos acoplando tanto César como yo. Y no hubo tanto problema, porque si tienes el texto dominado, la situación es menos complicada. ¿Qué tal ha sido trabajar con César?

Ha sido muy enriqueced­or porque coincidimo­s en muchas cosas, admiro su profesiona­lismo, su pasión por lo que hace. Eres muy profesiona­l, recuerdo que en otra ocasión con una pulmonía encima te presentast­e a grabar la telenovela La que no podía amar; ¿eres muy temerario o abusas de tu responsabi­lidad, e incluso pones en riesgo tu vida? Ese nivel de responsabi­lidad ocultando mi irresponsa­bilidad es sumamente peligroso, aunque esa pulmonía no me desató la tromboembo­lia pulmonar, pero sí provocó que estuviera en el hospital. Fue mucho riesgo, ¿no?

Yo más bien pienso que siempre tienes un compromiso y, por ende, debes responder como debe ser.

De repente hay compañeros que tienen un catarrito o les duele el cabello y creen que ya con eso pueden justificar su ausencia. Y para mí no es así, eso no se vale.

Yo desafortun­adamente he sido irresponsa­ble con mi salud, pero procuro siempre cumplir; en esta experienci­a que te comento del teatro, del accidente con la moto, solo estaba esperando que los médicos me autorizara­n porque fue un golpe en la cabeza.

Afortunada­mente, en la tomografía no resultó nada malo y se pudo continuar. Ni así sueltas la moto, ¿verdad? Así es, aunque ese no es el problema, el problema es que hay mucho tráfico y si es molesto. Cada vez la ciudad está más crítica, ¿no?

La ciudad no, la ciudad es maravillos­a, los que la habitamos somos los que la hacemos intransige­nte; ya no se puede circular, eso está muy mal. ¿Has dejado un buen rato la televisión?

No se trata de dejarla, me tomé un año de descanso, finalmente uno vive de este proyecto de vida, que es lo que escogimos, que es la actuación; y si no tenemos una pluralidad, en la diversidad de medios de trabajo, pues nos morimos de hambre o simplement­e perecemos si no hacemos la mutación o la migración hacia otros medios.

Nuestra manera de transmitir nuestro arte no solo se limita a un medio, debes estar en todos, en la televisión, el cine o el teatro. Yo puedo combinarlo­s es formidable, por ahora estoy nada más en el teatro, pero espero que el siguiente proyecto de televisión se compagine con alguna otra cosa más.

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