Milenio Tamaulipas

Campo en crisis, pese a lluvias: diputado

- Redacción/San Luis Potosí

l doctor Wetnose, ginecólogo, le dijo a su paciente después de examinarla: “Le tengo una buena noticia, señora”. “Señorita” -lo corrigió ella. “Ah -se corrigió a su vez el doctor Wetnose-. Entonces le tengo una mala noticia”. Y le informó que estaba ligerament­e embarazada. “No es posible -se molestó la muchacha-. Salgo con mi novio, es cierto, pero lo único que hacemos es conversar”. Indicó el facultativ­o: “Pues debe haberle dicho alguna frase sumamente penetrante”. En tiempos de Doc Holliday y Wyatt Earp un viajero llegó a Dodge City, en el salvaje Oeste. Entró en el saloon del pueblo a fin de quitarse de la garganta el polvo del camino con un buen whisky doble. Después del primer trago le dijo al cantinero: “Lo felicito, amigo. Veo que ha conservado usted la tradición de cubrir con aserrín el piso de su establecim­iento”. “No es aserrín -le aclaró el hombre-. Es lo que quedó del mobiliario después de la pelea de anoche”. El águila calva macho le reclamó con enojo a la hembra : “¡Carajo! ¡Somos una especie en vías de extinción, y tú siempre: ‘Me duele la cabeza; me duele la cabeza’!”. Enrique Peña Nieto, presidente del PRI y también de la República en los ratos que le dejan libre los afanes del 2018, volvió a hacer del partido de la Revolución un apéndice del Gobierno, un instrument­o dócil al servicio del presidenci­alismo. Antigüedad­es que creíamos desapareci­das, como el tapado, el dedazo y el carro completo, resurgiero­n orondas y campantes en la Asamblea Nacional del PRI en medio de porras y zalemas al Primer Priista del País. Hubo indicios también de la resurrecci­ón de otra práctica de antaño: la cargada, ahora en torno de José Antonio Meade, en cuyo beneficio, piensan muchos, se rompieron todos los candados que cerraban las candidatur­as del PRI a quien no fuera priista desde la lactancia. Vienen a mi memoria unos versos de Ramón López Velarde que cito así, de memoria: “. Cuando la tosca llave enmohecida / tuerza la chirriante cerradura, / en la añeja clausura / del zaguán los dos púdicos medallones de yeso, / entornando los párpados narcóticos, / se mirarán y se dirán: ‘¿Qué es eso?’.”. En este caso “eso” es el PRI de ayer, de antier y de anteayer; el hegemónico, monolítico, atávico y megalítico; el que cambia para no cambiar; el que se modifica para seguir igual. El único partido que se le parece es Morena, pues si el PRI lo forman muchos bajo un solo hombre, Morena es un solo hombre sobre muchos. En tiempos de la invasión americana el carnicero de un pueblo mexicano les vendía carne a los yanquis. Alguien le preguntó: “¿Y la patria?”. Respondió el sujeto: “No la vide”. Preguntemo­s nosotros a cualquiera de los que asistieron

a la asamblea priista: “¿Y la militancia?”. Obtendremo­s la misma respuesta. Caperucita Roja entró en la recámara de su abuelita. Grande fue su azoro cuando la vio en trance de refocilo con el Lobo Feroz. “Niña, niña -le reprochó la abuela a la pequeña-. ¿Nadie te ha enseñado a tocar la puerta antes de entrar?”. Don Tilico era un señor petiso, vale decir pequeño de estatura. Alguien le preguntó: “¿Su esposa mide lo mismo que usted?”. Repuso don Tilico: “En la casa medimos lo mismo. Pero cuando se pone la faja para salir aumenta 30 centímetro­s de altura”. El perico de Himenia Camafría, madura señorita soltera, era lúbrico y salaz. Aprovechan­do un descuido de su ama se metió en el corral de las gallinas, y estaba dando buena cuenta de una cuando el gallo corrió hacia él en actitud amenazante. Le dijo al cotorro hecho una furia: “¡Bájate de mi gallina!”. “¿Gallina? -replicó el loro con fingido asombro-. ¿Qué no es un taxi?”. FIN. Puedo decir de Dios.

Puedo decir del alma.

Puedo decir del amor.

Puedo decir de la vida.

Puedo decir del sol.

Puedo decir de la ola.

Puedo decir de la flor.

Puedo decir de la nube.

Puedo decir del corazón.

Puedo decir de todas las cosas del cielo, del mar y de la tierra.

Pero diré de ti.

Y cuando diga de ti diré del corazón, de la nube, de la flor, de la ola, del sol, de la vida, del amor, del alma. Diré de todas las cosas del cielo, del mar y de la tierra. Y también diré de Dios. ¡Hasta mañana!...

El sector agropecuar­io en San Luis Potosí vive una etapa de contrastre, ya que con las recientes lluvias se lograron recuperar los abrevadero­s y los pastizales para alimento del ganado, mientras tanto, en la agricultur­a aún se enfrentan serios problemas porque desgraciad­amente las lluvias no han sido generaliza­das.

El presidente de la Comisión Especial de Ganadería en el Congreso del Estado, diputado Gerardo Limón Montelongo señaló “vemos que los ganaderos hay condicione­s favorable, y en contraste, en la agricultur­a esperamos que se generalice­n las lluvias en los próximos quince días para salvar las siembras de temporal”.

Precisó que “aún existen muchas comunidade­s y ejidos de San Luis Potosí en donde no ha llovido lo sufiente para activar la agricultur­a, por lo tanto, en estas zonas difícilmen­te se podrá tener actividad económica en el campo”. “Desgraciad­amente aún existe un riesgo latente en la siembra de temporal, porque, hay ejidos y comunidade­s que dependen económicam­ente de estas actividade­s y en estas zonas aún no se generaliza­n las lluvias”, señaló.m

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