Barcelona, ciudad abierta
Una tranquila tarde de verano en Las Ramblas, en la ciudad de Barcelona, se convirtió en una pesadilla de horror y de terror. Un vehículo, conducido por Younes Abouyaaqoub, dejó un saldo de 13 muertos y más de un centenar de heridos que estaban caminando por ese paseo turístico.
Nuevamente el terror. Sembrar el miedo, ahora por medio de un atropellamiento masivo en el que ciudadanos de al menos 35 países resultaron muertos o heridos. La vista del mundo se volvió nuevamente a España, tan golpeada por el terrorismo.
La célula terrorista que realizó este atentado prende nuevamente las alertas no sólo en España, sino en todo el mundo. El enemigo silencioso, el que mata con el simple hecho de sembrar miedo, está presente, sin que sepamos claramente en donde, pero acecha sigilosamente a la humanidad.
Por eso se debe de actuar de manera más valiente y más enérgica con el terrorismo. Y más allá de lo que los gobiernos realicen para combatirlo, los ciudadanos tenemos que enfrentar en nuestro día a día esta realidad.
Los habitantes de Barcelona, en un acto digno de reconocerse, han salido a las calles a decir No Tenemos Miedo. A defender su pluralidad, su multiculturalidad, a mantener vigente la esencia de una ciudad que ha abierto siempre sus brazos a gente de todos lados, de todos orígenes y credos.
Barcelona es orgullosamente diversa, y en esa diversidad radica gran parte de su riqueza y de su fortaleza, con la que ahora mira al mundo. Esa es la gran lección de Barcelona, no cerrarse ni generar exclusiones. Sobre todo ahora que los discursos de odio y las manifestaciones de xenofobia están tocando la puerta de diversas regiones del mundo.
Recordemos que Europa tiene un fuerte debate en torno al tema de la migración, que en los últimos años se ha acrecentado ante los conflictos bélicos que existen en oriente medio. Esa migración ha volteado al viejo continente con la esperanza de poder emprender una nueva vida.
Por eso es que resulta relevante reflexionar sobre la importancia de que estos sucesos, lamentables por supuesto, pero que son realizados por grupos muy específicos de personas, no tengan un impacto en el imaginario colectivo por el que se estigmatice a un sector de la población por su origen o por sus creencias.
Desde Tamaulipas le enviamos un abrazo fraterno a las y los barceloneses, porque con ellos compartimos la esencia de ser una sociedad incluyente y multicultural, que logra convivir en armonía y con una identidad común, independientemente de la diversidad de las regiones que conforman nuestro estado, ¿no cree Usted?