Las Higueras, entre el olvido y la destrucción
Por años, los habitantes cercanos a la zona arqueológica se han asentado sobre la mayoría de sus estructuras piramidales, en muchos casos diseminándolas y devastándolas: experto
Por sus trazos, sus colores, su perspectiva y la manera en que los Totonacas del Golfo de Veracruz representaron con pintura mural parte de su vida cotidiana, el centro ceremonial de la Zona Arqueológica de Las Higueras es identificado como el “Bonampak veracruzano”. Su riqueza es impresionante porque parece contener una enorme gama de estilos y escuelas artísticas.
Este sitio, descubierto apenas hace unas seis décadas, cuando la población se asentó prácticamente sobre los vestigios piramidales de las antiguas poblaciones del Totonacapan que habitaron dicha región antes de la llegada de los españoles, necesita ser restaurado con urgencia.
A Las Higueras, donde se erige el único monumento prehispánico preservado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de los 28 basamentos registrados, se puede llegar por la carretera nacional costera número 180 que va del Puerto de Veracruz hacia Nautla.
Actualmente, la población está asentada sobre la mayoría de las estructuras piramidales de Las Higueras, algunas de ellas diseminadas y devastadas, luego de que sus habitantes las utilizaran para construir sus viviendas, afirma el arqueólogo Jaime Cortés Hernández, investigador del INAH y conocedor de la región de la costa del Golfo.
Este centro ceremonial se ha ido perdiendo paulatinamente, desde el momento en que las personas llegaron aquí expulsadas por el crecimiento urbano de algunos centros de población.
A pesar de los esfuerzos de don José, quien custodia este centro ceremonial prehispánico como si fuera su propia casa, desde su descubrimiento en la década de los 60 del siglo XX, la pirámide de la Zona Arqueológica de La Higueras requiere de una urgente intervención para frenar su inminente deterioro.
“Voy a cumplir 50 años de estar aquí, entré a trabajar el 8 de noviembre de 1968. Cuando descubrieron esta pirámide yo era velador, pero de día venía a presenciar los trabajos de exploración, me tocó ver cómo el restaurador desprendía los murales que habían encontrado. No sé qué fue del restaurador, pero los arqueólogos que vinieron de Xalapa, casi todos, ya me dejaron”.
La pequeña zona arqueológica, que solo consta de un basamento piramidal y un pequeño museo, es preservada por don José, quien orgulloso de su labor reconoce que viene muy poca gente, porque no es un sitio turístico, y la que acude, a veces no puede pagar la entrada, que es de 39 pesos.
La zona de Las Higueras se desarrolló del 600 al 1250 de nuestra era, y fue justamente en este lugar que se localizaron vestigios de pinturas murales que aparecieron sobre varias capas de estucado cubiertas con pinturas al fresco, explica el arqueólogo Cortés Hernández. “Los vestigios de las pinturas murales representan actividades cotidianas, así como algunas festividades. Se pueden ver a grupos de personas con sus respectivas vestimentas y peñachos, algunos marchando, otros caminando en los ríos, y unos cuantos tocando instrumentos musicales, se podría decir que las representaciones son similares a la de la pintura maya”.
Dada la trascendencia, los fragmentos murales fueron trasladados para su cuidado y preservación al Museo de Antropología de Xalapa.
Riqueza en vestigios
Apenas a unos metros de la Zona Arqueológica de Las Higueras, fueron edificadas algunas casas sobre los basamentos prehispánicos, otras viviendas más al interior del poblado cuentan en sus patios traseros con sus “propias pirámides”.
La señora Edelmira Limón García, quien es profesora jubilada, dice que la zona arqueológica es muy importante, “pero el estado no le ha dado la importancia que tiene”.
Ella, como la mayoría de los habitantes de esta comunidad, tiene un basamento piramidal en la parte trasera de su terreno, el cual está ubicado a unos metros del Río Colipa: “Para mí es una tristeza que las aguas residuales del drenaje de este pueblo se vayan hacia el río, por lo que está ya muy contaminado, ya casi no hay pescado, ni ostión”.
Es mínimo lo que se conserva de la monumentalidad que alguna vez tuvo la zona arqueológica de Las Higueras: la única pirámide descubierta se ha ido deteriorando, por lo que a decir de los especialistas del INAH no es factible su conservación futura. Frente a eso, habrá que buscar una opción para su conservación y esto plantea una disyuntuva: ya sea que se explore para su consolidación o que vuelva a cubrirse totalmente.