Fusión de dos estrellas revela cómo se forma el oro
Una colisión de astros que ocurrió hace 130 millones de años permite a un grupo internacional de científicos develar ese y otros misterios del universo
El inicio de “una nueva era en la observación del Universo” se dio a conocer ayer tras registrar, por primera vez, la luz y las ondas gravitacionales que resultaron de la fusión de dos estrellas de neutrones, un fenómeno que ocurrió hace 130 millones de años, pero se percibió el 17 de agosto de 2017.
Los avances en la astronomía que han permitido estudiar este choque de estrellas, entre los que destacan el laboratorio LIGO en Estados Unidos y el experimento Virgo de la Agencia Espacial Europea, permitió a los científicos develar secretos del universo entre los que destacan el ritmo de la expansión del universo y hasta cómo se forman en el universo los elementos pesados, como el oro y el platino, algo que hasta ayer había sido un misterio para la ciencia.
Mina cósmica
Una de las revelaciones que más llama la atención es saber cómo se origina el oro en el universo, así como otros elementos pesados que lo componen. Según la teoría generalmente admitida, el Big Bang, ocurrido hace 14 mil millones de años, desprendió un gas uniforme compuesto de elementos ligeros como el hidrógeno y el helio.
Los elementos un poco más pesados, como el hierro, el carbono y el oxígeno, fueron fabricados en los núcleos de las estrellas; pero los más pesados “por primera vez tenemos una prueba inequívoca de la existencia de una mina cósmica que forjó alrededor de 10 masas terrestres de elementos pesados como el oro, el platino y el neodimio”, explicó Mansi Kasliwal, investigador del Instituto de Tecnología de California.
Los científicos ya habían teorizado que la fusión de dos estrellas de neutrones o la explosión de una supernova podían ser la base de reacciones nucleares que llevaran a la formación de núcleos atómicos pesados, pero hasta ahora ninguna de estas
había sido observada. Respecto a la expansión del universo, Bernard Schutz, es- pecialista de la Universidad de Cardiff, explicó que “al utilizar las ondas gravitacionales detectadas en agosto obtuvimos un resultado (de esta velocidad) justo entre los dos valores calculados recientemente por dos métodos diferentes”, aunque no mencionó esos valores.
La trascendencia del hallazgo es tal, que incluso el físico británico Stephen Hawking lo celebró ayer al enterarse y afirmó: “Es el primer peldaño de una escalera. Una nueva ventana de observación hacia el universo suele traer sorpresas que no se pueden anticipar. Todavía nos estamos frotando los ojos, o más bien los oídos, porque acabamos de despertarnos con el sonido de las ondas gravitacionales”.
Aportación mexicana
En el hallazgo México también dejó su huella, ya que 25 miembros del Instituto de Astronomía de la UNAM y científicos de experimentos mexicanos que colaboraron con los investigadores internacionales fueron parte del descubrimiento y observación de estas ondas, afirmó la académica Magdalena González Sánchez.
Alan Watson, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM y uno de los que participó en el descubrimiento, explicó a MILENIO que “este puede ser el impulso para la tecnología en México, es un ejemplo de que invertir en ese rubro durante muchos años da resultados. Este descubrimiento nos indica que dar recursos a la ciencia es un buen camino a tomar”.
“Yo creo que si México quiere solucionar algunos de sus problemas que se enfrenta es indispensable que dedique más recursos a la tecnología y tiene que comprometerse sin desanimarse, porque este es un compromiso de muchas administraciones y cambios de gobierno para llegar al resultado que queremos”, añadió Watson.
El grupo de Astronomía encargado de seguir la contraparte de los rayos gama, la evolución y comportamiento de las ondas, también ha contribuido desde el inició de la construcción, operación, mantenimiento, análisis de datos e interpretación de este fenómeno.
González Sánchez añadió que, independientemente de que LIGO y Virgo hayan detectado las ondas, México apunta con sus experimentos hacía esos puntos del firmamento, lo que aporta información valiosa a los experimentos de los laboratorios en Europa y Estados Unidos. “Lo más importante es el trabajo internacional e interinstitucional, agregar al diccionario lo que se aporta para acelerar el conocimiento de diferentes objetos astrofísicos, es decir, que todos caminan a la par aportando distintos conocimientos”, destacó.