La fortaleza y Mi último deseo
P
erdida en la inmensidad de 14 mil estrenos telenoveleros, de series, de reality shows y
hasta de talk shows, comenzó La fortaleza en el canal a+.
Deje usted La fortaleza, ¿qué es a+? ¿Cómo se pronuncia? ¿En dónde lo tenemos?
a+ (por favor pronúnciese “a más”) es un nuevo canal nacional de televisión abierta. Es de Tv Azteca.
En Ciudad de México se puede ver en la frecuencia 7.2 y, por lo que tengo entendido, tiene presencia en diferentes sistemas de televisión de paga de todo el país.
Perdón que me detenga en esto a pesar de que en diferentes ocasiones le he escrito de los contenidos de esta señal, pero como no veo ninguna campaña publicitaria en ninguna parte así, del canal, solo del canal, dudo que las audiencias lo busquen como buscan Las Estrellas o Canal Once.
¿Qué clase de programación tiene a+? De todo un poco pero con el acento puesto en los contenidos y en los talentos de los diferentes estados de la república.
¿Qué es La fortaleza? Un reality
show del corte de La isla pero más en corto grabado en un espacio cerrado que tiene rampas, aros y albercas donde muchas personas, de muchos tipos, de muchos lugares, incluso de muchos países, compiten en pruebas donde hay que trepar, correr, cargar y nadar contrarreloj. Es, para acabar pronto, como
Ninja Warrior, pero más a la mexicana, con una meta más a largo plazo y con una peculiaridad:
Mientras esas pobres mujeres y esos pobres señores están echando el bofe colgándose de lianas como changos o llenando garrafones de agua en el fondo de una alberca, uno de los dos conductores, una chava, los está ofendiendo.
Sí, yo sé que suena horrible y necesito que lo vea para que me dé su opinión porque a mí, después de dos capítulos, este asunto me acabó por encantar.
Es emocionante, y hasta retador, que mientras los participantes están, por ejemplo, luchando por trepar por una cuerda o quitándose la playera para tapar algo, la conductora les grita cosas como “¡No puedes!” “¡Lo estás haciendo pésimo!” o “Para encuerarte sí eres buena, ¿verdad?”
Obviamente La fortaleza no tiene ni la décima parte del derroche económico de Exatlón o de La isla, pero no deja de ser atractivo para quienes amamos emisiones como Ninja americano.
Además, representa una aportación insólita para un canal nuevo y con un perfil tan específico como a+. Por favor, búsquela. Probablemente le guste. Pasa a las 19:00.
DESDE TURQUÍA CON AMOR
No sé si enojarme o alegrarme con el estreno de Mi último deseo, de lunes a viernes, a las 12:00 del mediodía, en el canal Imagen Televisión.
¿Por qué? Primero, porque nos quitaron El clon para ponerla, porque hacer eso es una falta de respeto para el público, porque ése es un comportamiento impropio de un canal que aspira a ser diferente a las frecuencias de Televisa y de Tv Azteca y porque eso no “nos prende”. Punto.
Y segundo, porque estamos hablando de una de las mejores y más exitosas telenovelas turcas de todos los tiempos, de una joya, de algo estelar.
¿Qué tiene que estar haciendo semejante obra maestra metida como subproducto de relleno entre el programa de revista y el de espectáculos en lugar de estar heredándole un rating maravilloso a su noticiario nocturno?
Es no saber lo que se compró, desperdiciar una oportunidad de oro. ¡No lo puedo creer!
Ojo con lo que estoy diciendo: el problema no es el contenido, es la programación y no es la primera vez que los señores de Imagen Televisión nos salen con esta clase de cuestiones.
Mi último deseo es una belleza de melodrama seriado. Para que entienda su real dimensión, se la voy a explicar así:
Hubo un tiempo en que los mexicanos éramos los reyes de la telenovela a nivel mundial. Nosotros hicimos todo. ¡Todo! Y lo hicimos bien.
Por diferentes circunstancias dejamos de hacerlo y otros países como Turquía tomaron nuestro lugar en el contexto internacional.
Turquía, por mencionar solo un caso, hizo una producción preciosa titulada El secreto de Ferihá que no es otra cosa más que Teresa.
No estoy diciendo que la hayan copiado. Son clichés, historias que se cuentan una y otra vez.
Buenos, así como en México hemos hecho enemil telenovelas tipo
Destino (1990) de hombres o de mujeres felizmente casados que al descubrir que tienen una enfermedad terminal deciden sacrificarse y conseguirle pareja al marido o a la esposa antes de morir, ahora los turcos le están entrando a este lugar común con Mi último deseo.
Y el resultado es maravilloso, desgarrador, algo intenso, bonito y capaz de involucrar tanto a los varones como a las señoras.
No por nada, insisto, estamos hablando de un joven clásico de la televisión turca.
Si a usted le gustan las telenovelas, Mi último deseo le va a fascinar. Está bien hecha, bien escrita, bien actuada y es bella, realmente bella.
Lástima de horario. ¿O usted qué opina?