La guitarra es todo un mundo, dice Rosalía León
En su segunda grabación, la cantante presenta como invitados a músicos de la talla de Mike Stern, Javier Bátiz y Julio Revueltas
La guitarra ofrece un espectro de música muy amplio, considera Rosalía León, cantante que acaba de lanzar su segundo disco: Más alto (RAI Ensamble, 2017). Para demostrarlo incluyó 13 instrumentos y 11 guitarristas invitados, que van de Mike Stern a Javier Bátiz, pasando por Sergio Vallín, Julio Revueltas y otros.
Entre las guitarras convocadas figuran lo mismo acústicas, como una Prudencio Sáez y una Yamaha, que electroacústicas, como dos Córdoba y una Yamaha. Entre las eléctricas figuran una Gibson Les Paul y una Fender Stratocaster.
La propuesta de León es la música tradicional, pero enriquecida con los géneros que adora: el rock, el jazz, el blues y otros, dice en entrevista. “Para mí la guitarra es todo un mundo: no deja de sorprenderme todo lo que se puede lograr con un instrumento”.
Aunque vivió 11 años en EU a partir de los 14, al radicar en Los Ángeles convivió no solo con estadunidenses y mexicanos, sino con muchos inmigrantes latinoamericanos. “Me tocó hacer una hermandad con todas estas razas: me acogieron y me enseñaron mucho sobre sus ritmos, cultura, tradiciones y hasta gastronomía”.
Además de cinco temas originales, el disco incluye versiones de temas clásicos del folclor mexicano. ¿Cómo elegiste a los invitados? Quiero pensar que a lo mejor ellos me eligieron. Yo tenía mis arreglos y mis maquetas e iba idealizando cómo sentirían verse plasmados en estos temas varios guitarristas. Las cosas salieron muy bien. Por ejemplo, en “Canción mixteca”, Raúl Fernández El Greñas, guitarrista de Luzbel, se pudo dar el lujo de hacer su heavy metal. Fue un tiro al blanco que coincidiéramos en este tema. ¿Cómo fue grabar con Mike Stern, una de las figuras del jazz?
Me armé de valor. Le presenté mi proyecto en persona: “Yo toco guitarra, canto y tengo un proyecto folclórico”. Al momento en que escuchó “yo toco”, me dijo: “Toca”. Y luego: “Conéctenme”. Fue un encuentro musicalmente muy amistoso, una jam para conocernos. No sé si agradecer o llorar por haber podido contar con Mike en el tema “Más alto”. ¿Y con Julio Revueltas?
¡Él fue un poco más rejego! No todo mundo tiene que conocerme. Lo estuve buscando un buen tiempo, pero cuando ya lo contacté le conté del proyecto y le mandé la maqueta con la pieza en la que quería que tocara. Que aceptara participar fue para mí un gran logro. En el tema conviven tanto la guitarra como la voz, que es parte de este proyecto en el que todos coincidimos. Háblanos de “Casi creo”, que ganó el Concurso Internacional de Cantautores de Costa Rica. La grabé con Sergio Vallín, guitarrista de Maná, quien le dio un toque de rock a la pieza, pero también se involucró en la dinámica del son. Y tienes a Javier Bátiz... Participó en “La chancla”, diseñada totalmente para que él disfrutara del blues pero, al fin y al cabo, esta pieza, que es parte del repertorio ranchero, se vuelve un son. Fue muy divertido grabar con él. ¿Cuál es la intención del disco? Festejar la música mexicana, pero en una forma contemporánea. No es una parodia; al contrario, hay un profundo respeto por estos temas, aunque también lo mezclamos con la música de hoy.