Milenio Tamaulipas

Morosidad de usuarios frena obras en CAEV

La Comisión del Agua requiere de ingresos para poder dar mantenimie­nto a la planta

- Aristeo Abundis/Pánuco

Una gran cantidad de usuarios del sistema de agua potable de Pánuco, están en condicione­s de morosidad en sus pagos y ello conlleva a que el sistema no se capitalice para atender situacione­s de mantenimie­nto y reparación de fugas y otros inconvenie­ntes.

Asegura la administra­ción de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz, (CAEV), a través de su titular Iván Villegas Arévalo, quien lanzó un llamado a los usuarios del suministro, para que se pongan al corriente en los pagos, destacando que existen gran cantidad de morosos en este sentido lo que dificulta por falta de recaudació­n, realizan obras y acciones de mantenimie­nto.

Paralelame­nte el funcionari­o estatal, pidió que los usuarios aprovechen a descuentos con el pago de sus recibos o en su caso lleguen a los acuerdos de convenios de pagos para evitar cortes y multas por no cumplir con sus obligacion­es, ya que el agua potable es vital líquido para la población y se requiere de los ingresos para la operación de la planta potabiliza­dora y optimizar los servicios en beneficio de los ciudadanos.

Villegas Arévalo, dijo que está revisando la cuenta corriente para verificar los adeudos que tiene esta dependenci­a con los proveedore­s y comenzar a realizar una cartera de pagos y a su vez, también se ha puesto en marcha un programa de recuperaci­ón de la cartera vencida destacando que a algunos usuarios se les está visitando en sus domicilios para hacer las notificaci­ones e invitarlos a que pasen a las oficinas a pagar y se pongan al corriente con sus pagos.

Estimó que es necesario que los usuarios morosos hagan conciencia de que tienen que pagar por sus servicios buscando las formas adecuadas, porque no puede ser posible que reciban el agua en sus casas sin contribuir con sus responsabi­lidades y es momento en que se forme una cultura del agua haciendo hincapié “en que todos tenemos que cuidarla no desperdici­arla y nuestra responsabi­lidad de pagar por este servicio tan esencial para las actividade­s domésticas de los hogares”. l marido tenía una pistola. Así, cuando encontró a su esposa en el lecho conyugal con otro hombre, le disparó al amante toda la carga del revólver. Suspiró la señora: “Cero y van cuatro. Ay, Hildegardo: con ese modo tan radical que tienes de reaccionar vas a acabar quedándote sin amigos”. Dos padres de familia hablaban de los peligros que corrían sus hijos varones en edad de merecer. “Salen con una muchacha -comentó uno de ellos-, y la chica puede tener herpes o sida. ¡Cómo me gustaría que mi hijo conociera alguna muchacha a la antigüita, que simplement­e tuviera gonorrea!”. Don Valetu di Nario, señor de edad madura, acudió a la consulta del doctor Ken Hosanna y le manifestó: “Doctor: tengo problemas para izar la vela de la barca en que antes navegaba sin problemas por el mar deleitoso del amor”. El facultativ­o no entendió la barroca expresión que usó el señor Di Nario para decir que sufría de disfunción eréctil. Cuando éste le explicó en términos llanos lo que le pasaba le indicó: “Antes del acto del amor coma usted mucho y beba más. Recuerde la máxima latina: ‘Sine Cerere et Libero friget Venus’. Sin Ceres y Baco -es decir sin comer y beber- Venus se enfría”. Pasaron unos meses, y el provecto señor regresó con el sapiente médico. Su problema de ineptitud fálica, le dijo, persistía. Recomendó el galeno: “Antes del acto del amor no coma ni beba nada”. “Pero, doctor -se desconcert­ó don Valetu-. La última vez que lo consulté usted me sugirió que antes de ir a la cama fuera a la mesa y comiera y bebiera en abundancia. Ahora me dice que no coma ni beba nada”. “Señor mío -replicó, solemne, el doctor Hosanna-. La ciencia médica evoluciona cada día”. Bucolito, el hijo mayor de don Poseidón, granjero acomodado, tuvo dimes y diretes con Ligeria, una chica que tenía fama de ser de envases de muy poco peso, por no decir que era de cascos ligeros. Semanas después la muchacha salió embarazada. “¡Caramba! -se preocupó Bucolito-. ¡Espero que la criatura no sea mía!”. Al poco tiempo la hija de don Poseidón, Eglogia, tuvo conversaci­ón carnal con un agente viajero de la Compañía Jabonera “La Espumosa”, S. A. de C. V., y a resultas de esos diretes y esos dimes quedó ligerament­e embarazada. “¡Caramba! -exclamó Eglogia preocupada-. ¡Espero que la criatura no sea mía!”. El hijo de Usurino Matatías, el avaro mayor de la comarca, le pidió a su padre algo de dinero. Quería invitar a cenar a una linda chica a la que cortejaba. De mala gana el ruin señor le dio al muchacho una menguada cantidad. Ya en el restorán la chica vio la carta y dijo: “Supongo que pediré la langosta”. Le sugirió el galán: “¿Por qué no supones otra vez?”. Doña Jodoncia, la tremenda esposa de don Martiriano, le contó a su vecina: “Hoy le di 100 pesos a un pedigüeño”. “¡Cien pesos! -se asombró la vecina-. Y ¿qué dijo tu marido?”. Contestó doña Jodoncia: “Me dijo: ‘Gracias’”. El rabino Lamden y el padre Estolio conversaba­n una tarde. El sacerdote le preguntó al rabino: “Tengo curiosidad por saber si alguna vez ha comido usted carne de puerco”. “Lamento decir que sí -se apenó el rabino-. En cierta ocasión me comí un sándwich de jamón, y debo confesar que me gustó bastante”. Tras unos instantes de silencio le dijo el rabino al sacerdote: “Ahora es mi turno de preguntar. Dígame, amigo mío: ¿alguna vez ha estado usted con una mujer?”. “Me avergüenza decir que sí -respondió el cura-. En cierta ocasión me acometió el deseo de la carne, e incurrí en pecado de fornicio con una joven y bella feligresa de mi parroquia”. Tras otro instante de silencio habló el Rabino Lamden: “Mucho mejor que un sándwich de jamón ¿verdad?”.FIN. El Espíritu le preguntó al Creador: -¿Por qué hiciste a la mosca? Respondió Él:

-La verdad, no sé.

Le preguntó en seguida:

-¿Por qué hiciste al mosquito? Respondió el Señor:

-La verdad, no sé.

Luego le preguntó:

-¿Por qué hiciste a la polilla? Respondió el Hacedor:

-La verdad, no sé.

-Y dime -le preguntó por último el Espíritu-. ¿Por qué hiciste al hombre? Respondió el Padre:

-La verdad, no sé.

¡Hasta mañana!... “. Una señora sorprendió a su marido en malos pasos con la criadita de la casa.”. Explicó el muy canalla su indebido proceder.

“Es -le dijo a su mujerpara que no se te vaya”.m

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