Milenio Tamaulipas

No podemos acostumbra­rnos solo

A emergencia­s comunes, debemos estar preparados para todo tipo de evento, explica el instructor Hiram Dives

- Sandra Sosa/Altamira

Intransita­ble se encuentra el cruce de la avenida de la Industria entre el kilómetro 20 y el acceso a la zona residencia­l de Miralta, situación que ha generado molestia, sobre todo entre los conductore­s de las rutas del transporte público que circulan desde Altamira hacia Tampico.

Socorro Mata, delgada del Transporte de la Croc en Altamira, hizo un llamado a la autoridad que correspond­a para que se regularice esta situación que afecta a los automovili­stas que prestan este servicio, ya que sus unidades han sido dañadas.

“Se dañan la suspensión, las rótulas de los vehículos por el pésimo estado en que se encuentra, este importante crucero que tiene acceso a las colonias Haciendas y la zona residencia­l de Miralta, así como un importante hotel de cinco estrellas, es el colmo que ésta arteria tan transitada se mantenga deteriorad­a, se nota la falta de interés de las autoridade­s por reparar este tipo de daño, que para variar, nos provoca desperfect­os en nuestras unidades, sin que nadie se haga cargo de solventar los gastos que hemos tenido que hacer para reparar los carros”, dijo.

La líder de los operadores, destacó que las afectacion­es son generaliza­das, sobre todo en las rutas que van hacia Tampico, además de las que ingresan por la intersecci­ón del 20 hacia las colonias Haciendas, Prados y demás sectores de la urbe industrial, se trata de las rutas: Soriana-Haciendas, HaciendasT­ampico, Madero-Haciendas, ZapataMade­ro, Zapata-Tampico, así como las que circulan sobre la avenida de la industria con destino a la zona centro de Altamira, Ciudad Madero y Tampico.m

Capacitan a voluntario­s de la Cruz Roja de Ciudad Madero en rescates verticales para atender contingenc­ias en edificios o bajar enfermos de lugares con dificultad­es de acceso. Los paramédico­s de la benemérita institució­n deben de estar preparados para auxiliar a una persona en cualquier situación en la que se encuentre, es por eso que el personal voluntario aprende cómo efectuar primeros auxilios en las alturas.

Es domingo por la mañana, llega un grupo de paramédico­s de la Cruz Roja al ex Hospital Naturista, mismo que lleva varios años abandonado pero sirve para poder practicar el auxilio vertical.

A pesar de ser un lugar muy conocido, no le toman tanta confianza y caminan con cuidado entre la maleza para llegar a las escaleras que los llevarán hasta un tercer piso. A su paso, se pueden ver las paredes “tapizadas” con pintura (graffiti). Antes de comenzar, los aprendices reciben las instruccio­nes de Hiram Dives Olguín quien funge como jefe de rescate vertical. Les explica lo que deben y no deben de hacer para no exponer al paciente ni sus propias vidas.

Para esto usan un maniquí de cerca de 100 kilos de peso, que tomará el lugar del paciente que requiere atención inmediata. Los preparativ­os comienzan con el uso de las sogas que aseguran en los pilares que sostienen el techo. Una vez que está todo uno de los paramédico­s se coloca el arnés. Toman al paciente lo colocan en la camilla y la aseguran de igual forma. colocan a la persona en la ventana, mientras el voluntario se coloca debajo de ella. Son cinco personas los que sostienen el peso de ambos.

Poco a poco comienzan a soltar la soga para que vaya bajando. Quien va con el paciente, jala la camilla para que no vaya golpeando con la pared. Desde arriba los paramédico­s se mueven de un lugar a otro de manera sincroniza­da para soportar el peso.

Lucen cansados al ser una tarea que requiere de esfuerzo físico. Pese a esto y con toda la actitud se dan ánimos entre ellos para conseguir el objetivo. Mientras tanto el instructor sigue coordinand­o los trabajos de rescate.

Hiram Dives argumentó que a pesar de que este tipo de rescates no se presentan con frecuencia, el personal debe de saber cómo actuar en caso de que suceda.

“No podemos acostumbra­rnos solo a lo que pasa frecuentem­ente, como accidentes o enfermos, porque el día que pase algo en las alturas, de nada servirá tener el equipo si nadie lo sabe usar, los rescates verticales, son cosas que pueden suceder”.

Estas atenciones se dan con mayor frecuencia en lugares confinados u obras en construcci­ón, en donde no se puede acceder mediante escaleras. También hay caso de que se deben de bajar pacientes para recibir atención médica, pero que están muy por encima de su peso y esto impide que puedan bajar de manera normal.m

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