La ecología marca la pauta en la Olimpiada Mundial de Robótica
El encuentro se celebra por primera vez en un país latinoamericano; los androides juegan futbol y muestran su capacidad para cuidar el medio ambiente
La Olimpiada Mundial de Robótica (OMR 2017), que tiene lugar en San José, Costa Rica, este fin de semana, muestra que los atletas humanos todavía tienen poco de qué preocuparse: el sudor y la gloria no cuentan cuando se trata de autómatas sin rostro.
Pero lo mismo puede no ser cierto para los trabajadores, especialmente aquellos en actividades domésticas o de transporte, tareas en las que los androides están quedando a cargo en las fábricas ensambladoras y clasificadoras o, incluso, en los vehículos autónomos.
Las competencias
Parte de la tecnología detrás de la revolución de los robots se pudo ver en la OMR 2017, que reunió a más de 2 mil 500 personas de más de 60 países en un gran salón a las afueras de la capital de Costa Rica. Es la primera vez que este encuentro, en su decimocuarta edición, se celebra en un país latinoamericano.
Robots del tamaño de una pinta ataviados con sensores y rodando sobre ruedas de plástico mostraron sus habilidades futbolísticas jugando contra rivales en canchas en miniatura.
Otros rodaron en mesas buscando bloques de ciertos colores y tamaños para agarrarlos y colocarlos dentro de zonas demarcadas.
Mucho más que un juego de niños para los concursantes que participaron en representación de sus países, con edades que iban de los 6 años hasta la adultez. “Tenemos que hacer que el robot tome el color y vaya a las piezas que queremos. Así que es muy difícil”, dijo Hassan Abdelrahem Alqadi, de 17 años, de los Emiratos Árabes Unidos
El adolescente, que espera ser un ingeniero mecánico en la industria petrolera, admitió que había recogido ideas tras ver las sesiones de práctica de otros competidores. Él y otros jóvenes amantes de la tecnología se agolparon en decenas de mesas, con computadoras o robots en sus manos, para observar.
En una mesa, un grupo de adolescentes australianos afinaron sus aparatos para tratar de ganar la posesión de una pelota de “futbol” transparente del tamaño de la palma de una mano que contenía un sensor. Los robots pudieron detectar la pelota, agarrarla mientras se defendían de sus rivales y proteger el área chica.
Estar en la OMR 2017, rodeados de pares igualmente brillantes de todo el mundo, fue revelador para los adolescentes. “Nunca antes habíamos estado en una competencia internacional, así que es una experiencia nueva. Realmente solo puedo compararlo con las competiciones que hemos tenido en Australia; allí lo hemos hecho bastante bien”, dijo Tiernan Martin, de 13 años.
Medio ambiente
Este año, el tema primordial de la competición fue el medio ambiente: un área en la que Costa Rica está a la vanguardia. Por ende, los robots tenían que demostrar su utilidad en el las áreas de turismo sostenible (con tareas como identificación de áreas protegidas), neutralidad de carbono (plantación de árboles) y energía limpia (buscando los mejores lugares para instalar turbinas eólicas).
La ministra de Ciencia y Tecnología de Costa Rica, Carolina Vásquez Soto, dijo a la AFP que su país ganó el derecho de ser sede de la olimpiada —hasta ahora generalmente realizada en Asia— por la papel que ha tenido en la sostenibilidad. “Porque cada vez más participamos con mejores y mayores logros”, aseguró.
Alejandra Sánchez, la organizadora costarricense de la olimpiada, se mostró optimista respecto a lo que los robots, y la inteligencia artificial, representan para los trabajadores humanos.
Mientras algunos ven a los robots como una amenaza para los trabajadores, para ella son una oportunidad.
“Creo que está superbien. Está bien que reemplacen a los seres humanos en algunas tareas. No estamos siendo descartados, estamos cambiando las funciones del ser humano”, dijo. “Antes, un ser humano era el que pintaba autos, por ejemplo. Ahora tenemos un robot que pinta autos y un ser humano que controla al robot. Es como una cadena de sucesión de las funciones. Entonces, creo que la robótica vino para quedarse, y para ayudar a la humanidad”.