El Choco es inmortal
Desde su llegada a Reynosa, ciudad sede del Premio Estatal del Deporte, su sonrisa solo era una y no la podía ocultar, no era para menos pues sabe que su nombre quedará plasmado para la posteridad en el Salón al Mérito Deportivo.
Acompañado por su esposa, su hija y su nieta, José Luis Garza Ortiz, el popular Choko Milk, porta una corona plateada pues pronto ocupará el trono de los inmortales que han hecho historia en el deporte estatal y nacional, incluso internacional donde pusieron en alto el nombre de Tamaulipas. “Cuadrese cabrón” es lo primero que dice a un entrenador que le esta saludando; todos, todos quieren tomarse la foto con “El Choco” fisicoconstructivista que logró importantes cetros como el Míster México por más de 47 años y que hoy la vida le da la oportunidad de recoger lo sembrado a través del tiempo.
En el lobby del hotel donde se hospeda, está preparando el discurso que dirá. La hora de ir al recinto oficial, el Centro Cultural Reynosa, ha llegado y José Luis avanza sobre la silla de ruedas para subir al autobús. “Estoy muy contento porque tengo 64 años haciendo ejercicio. En dos ocasiones fui campeón nacional y también internacional”. Totalmente emocionado, continuó diciendo que “para mí es un logro muy grande pues es algo que esperaba desde hace muchos años y no me habían tomado en cuenta, gracias al gobernador y a Fuerzas Unidas por Tampico que se encargó de nominarme”.
Para José Luis Garza, el deporte es salud y el joven que lo practique “está alargando su vida porque nosotros los deportistas sabemos alimentarlos, además, el deporte quita el estrés y nos hace mejores personas, mejor hijo, mejor padre, mejor ciudadano. Este logro lo dedico a mis hijos, a mi familia, a Tampico”.
Con la placa de reconocimiento en todo lo alto entregada por el gobernador del estado Francisco García Cabeza de Vaca, “El Choco” está emocionado hasta las lágrimas mientras que los asistentes aplauden los logros del orgullo jaibo y se da tiempo para hacer un musculado mientras los asistentes siguen aplaudiendo a manera de reconocimiento a su larga y exitosa carrera deportiva.