Sucedió lo imposible
Antes de nacer lo dieron por muerto muchas veces. Fueron intentos obsesivos por lograr un feticidio político. Finalmente nació, y nació viable, tiene posibilidades de seguir viviendo y dar frutos. Se llama: POR MÉXICO AL FRENTE.
Se registró, por fin, la por muchos anhelada COALICIÓN ELECTORAL Y DE GOBIERNO integrada por PAN, PRD y MOVIMIENTO CIUDADANO. Competirá en las próximas elecciones por los cargos federales (Presidente, senadores y diputados). Tal vez, también, por candidaturas estatales y municipales. Se halla en trámite la validación de esa coalición por el INE.
Fueron innumerables los argumentos de adversarios, analistas, politólogos, comentócratas y simples opinadores que los llevaron, insistentemente, a considerar inevitable el aborto de lo que ciertamente representaba una odisea. Escuchamos decir que “el agua y el aceite no se pueden mezclar”; que “entre esos partidos existen diferencias ideológicas de la mayor importancia e irreconciliables”; que “los
egos de los aspirantes a ser el candidato de la coalición para la Presidencia de la República hacía imposible consolidar el proyecto”. Se acuñó la sentencia en una frase elocuente: “vivirán juntos hasta que la candidatura presidencial los separe”. Sin embargo, todos ellos olvidaron que en política lo más probable suele ser
lo “imposible”, cuando calificamos de IMPOSIBLE lo que en realidad tememos y no deseamos que suceda.
¿Qué sigue? De confirmarse el registro, a nadie deberá sorprender que los adversarios de la coalición hagan todo, dentro y fuera de la ley, para dinamitarla. Están conscientes que se hallan frente a una opción particularmente atractiva para los electores. Opción que desde antes de nacer ha estado arriba en encuestas, absolutamente independientes de sus partidos integrantes y de ella.
Además, el oficialismo sabe bien que una abrumadora mayoría de mexicanos quiere un cambio verdadero y trascendente, que no destruya lo que está bien hecho y que funciona satisfactoriamente, pero que deje atrás, sin dilación, todo un
sistema político que ha propiciado que aumente la pobreza, la violencia, la injusticia, la discriminación, la corrupción y la impunidad. En este sentido, POR MÉXICO
AL FRENTE no tiene como objetivo superior vencer a un candidato, sino construir un modelo diferente de entender, conformar y ejercer el gobierno.
Por otra parte, la mayoría de los ciudadanos sabe que no le conviene entregar el país a un autócrata, iluminado y sedicioso.
Estoy convencido que POR MÉXICO AL
FRENTE, con el esfuerzo solidario y tenaz de los mexicanos de buena voluntad, podrá edificar un Estado Nacional Democrático de Derecho, superar nuestras tragedias y construir un destino mejor para la nación.
Opción que vale la pena considerar el 6 de julio.