ABRAHAM JIMÉNEZ

La realidad está en las emociones, en una pintura que contenga los sentimientos humanos

RESOLVER LA PINTURA

La técnica fue un proceso de muchos años para encontrar cómo asociarla con lo que yo quería decir, entonces cada vez lo fui complicando más. Primero empecé a pintar un retrato de un solo personaje, después empecé a pintar escenas más complejas. Después me metí en situaciones de “ahora vamos a hacer una luz en exterior”, “ahora una luz en interior”, “ahora una luz artificial”. Entre más complejo se hacía el trabajo me iba requiriendo más esfuerzo técnicamente y mucha disciplina.

COLOR

Pensé mucho en esta cuestión del recuerdo, desde lo que significa la palabra, pasar por el corazón, pasar por recordar. Pensaba en las imágenes del recuerdo, y empecé a situarme en aspectos muy monocromáticos. Todo se empezó a reducir y fue un segundo reto porque regresé al dibujo, porque cuando empiezo a resolver la pintura primero lo hago monocromáticamente.

MONOCROMO

Paso por dos procesos, primero la pieza se pinta monocromáticamente y después con color. Al revisar la Historia del Arte, vi que los grandes maestros tenían ese proceso, las pinturas, por ejemplo, de Rubens tienen bases naranjas, las pinturas en Caravaggio están de negro a las altas luces. Empecé a reducir mi pintura, y creo que hubo un reencuentro con el Diseño Gráfico, desde la simplificación, con la Bauhaus monocroma, entonces empecé diálogos con el dibujo, con el grabado. Pensar cómo resolvería eso con pintura me fue llevando a situar el concepto del recuerdo, la cuestión monocromática y la síntesis.

REAL VEROSÍMIL

Hay ciertos pintores que generan realismo, pero sus personajes parecen maniquíes, como de postal. Lo que yo quiero atrapar es la realidad donde el retrato y las escenas son muy expresivas. Dije: “voy a conmover”, porque esto me conmueve, porque me mueve, siento la mirada de ese personaje, siento esa acción, y viene el reto de querer atraparlo. Es una continua búsqueda, no es algo que sienta que ya haya logrado, es algo que trato de hacer, digo “cada pintura que estoy haciendo, cada expresión de cada personaje que conmueva”, si el personaje o el niño se está riendo, que se sienta que está riendo. Pienso mucho en que el espectador sienta lo que yo quiero.

EL AMOR FILIAL

Estoy trabajando un proyecto sobre las familias y, de manera personal, fue encontrar mi genealogía, de dónde vengo, quién soy. El tema de los niños me llama mucho la atención, el primer cuadro que hice fue pintar a la familia de mi mamá cuando fueron infantes, recuperar el recuerdo y llevarlo a la monocromía. Hablando de algo filial, lo importante es la construcción del amor, porque el amor es algo que se va edificando, así como la pintura, se va tejiendo. Tomé la gran decisión de pintar a mis hijos, para mí son sumamente importantes. Es un reto que ya estaba esperando y el tema lo detonó, porque mis hijos son algo fundamental para mí. Es complejo porque ahí es donde entra el concepto de otredad, porque la pintura no nada más es hacia mi familia, sino también al otro, al espectador que vea que eso también le pertenece. Pintar se convierte en algo vivencial, para poder pintar algo, lo tienes que vivir, ahí es cuando tú lo tocas y después la pintura toca al espectador.