Meade: exámenes físico y mental; sí paso: Anaya
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El precandidato a la Presidencia del PRI-VerdePanal, José Antonio Meade, se sumó a la propuesta del líder del tricolor en Campeche, Ernesto Castillo, de hacer pruebas de “salud física, mentales y toxicológicas” a los aspirantes al Ejecutivo federal el próximo año.
En su quinto día de precampaña, en Campeche, aseguró que se hará los exámenes toxicológicos necesarios que acrediten su estado óptimo de salud.
“La siguiente vez que regrese a Campeche voy a traer mis pruebas toxicológicas para que vean mi estado de salud físico y mental. Desde Campeche vamos a proponer que los demás precandidatos hagan lo mismo. Cualquiera que quiera participar debe gozar de buena salud física y de buena salud mental, y que sepan que esa propuesta nació en Campeche… con salud física y salud metal vamos a ganar”, presumió.
Antes, el presidente del Comité Estatal del PRI, Ernesto Castillo, pidió que como requisito se haga un examen de salud mental, física y pruebas toxicológicas a los precandidatos presidenciales, en lo que, seguramente, el primero en salir con buenos resultados será el abanderado de su partido.
En el Congreso local propuso que los exámenes sean públicos. “Tenemos la plena convicción de que el primero que se someterá a esos exámenes y saldrá con buenos resultados es nuestro precandidato, José Antonio Meade”.
Al respecto, el ex titular de Hacienda, junto con el gobernador de la entidad, Alejandro Moreno, respaldaron el planteamiento. “Es una propuesta ingeniosa”, afirmó Meade.
Desde el Circo Teatro Renacimiento, el presidente estatal del PRI advirtió que no permitirán que el abanderado de Morena, Andrés Manuel López Obrador, bloquee el desarrollo del país llegando a la Presidencia. “No permitiremos que aquel que un día bloqueó pozos petroleros en Tabasco, aquel que una vez bloqueó Paseo de la Reforma y Ciudad de México quiera venir a bloquear el desarrollo de nuestro país”, expresó.
En su turno, el gobernador Alejandro Moreno describió a Meade como un hombre “limpio, sensato, mesurado, profesional, con experiencia y amor por México”.
Dijo que el país vive un momento de definiciones, que los ciudadanos están hartos de la corrupción y los políticos que no cumplen.
Quinto día
En la vida política no hay casualidades... y en su quinto día de precampaña, José Antonio Meade acudió a la ciudad donde nació y creció su candidatura presidencial, al lugar donde el PRI se le rindió: Campeche.
En agosto pasado esa entidad congregó a la plana mayor priista para modificar sus estatutos y así permitir que “aspirantes simpatizantes” pudieran obtener la nominación tricolor.
Algunos acusaban que la asamblea era a modo del entonces ex secretario de Hacienda, incluso bautizaron a los opositores de “políticos de café” —grillos, en el argot político—. Uno de ellos, José Ramón Martel, proponía que el abanderado tuviera un ADN priista. Sin embargo, durante la reunión cambió de opinión y él mismo fue el encargado de plantear a sus correligionarios las reformas, que fueron avaladas fast track.
Meses más tarde, la casualidad, o la suerte, lo llevó al primer círculo del ahora candidato, el ciudadano Meade, como su “asesor en temas políticos”.
Campeche es uno de los últimos estados donde nunca han habido cambio de administración, el PRI siempre ha gobernado; por ello, tanto el presidente estatal, Ernesto Castillo, y el mandatario Alejandro Moreno pusieron a la disposición de el ciudadano meade el ejército tricolor.
El lugar tampoco fue casualidad, lo recibieron en el circo... el Circo-Teatro Renacimiento, inaugurado el 3 de febrero de 1907 en el corazón de esa ciudad.
Ese escenario fue ocupado los primeros años del siglo pasado para albergar espectáculos de cine, bailes de gala, recitales, corridas de toros y hasta funciones de box; hoy, cada uno de esos eventos formaron parte del collage que recibió al ciudadano Meade.
Para mantener expectantes a los presentes se instaló una gran pantalla en el centro del escenario, que proyectaba imágenes de la estrella del momento tricolor desde que el presidente, Enrique Peña Nieto, aceptó su renuncia en Palacio Nacional.
Más tarde, el espacio hizo de ring de portas por un lado, cuando llegó el gobernador Alejandro Moreno, y todo el coliseo se le rindió coreando su sobrenombre “¡Alito!, ¡Alito!, ¡Alito!”.
El mandatario se dejaba querer y se tomaba todas los fotos que le pedían, mandaba cientos de besos a la gayola y agitaba el brazo con fuerza.
La algarabía le duró apenas unos minutos, pues la valla humana se encendió cuando llegó José Antonio Meade, quien avanzaba a leves pasos por las múltiples fotos y abrazos que le pedían.
Al llegar a la puerta principal el coliseo estalló: “¡Pepe!, ¡Pepe!, Pepe!”.
Ya en el centro del recinto, levantó sus manos en señal de victoria y comenzó a mostrar su rúbrica de campaña.
Los recitales de Alito y Castillo se enfocaron en enaltecer que la ciudad fue donde comenzó el camino de el ciudadano Meade a la candidatura presidencial, mientras el abanderado del PRIVerde-Panal en agradecer los aires de cambio que, espera, lo lleven a Los Pinos.