Exponen ropa de los zares en el Museo del Hermitage
Las piezas históricas abarcan desde el siglo XVIII y hasta el XX
En San Petersburgo, una exposición invita a descubrir atuendosdeépocaconservados en los almacenes del Hermitage: desde un jubón de Pedro el Grande hasta los vestidos de Catalina II y de la última zarina, Alejandra, asesinada por los bolcheviques.
Son 130 maniquíes vestidos con ropas de los siglos XVIII al XX, la mayoría de la familia imperial Romanov.
Llamada Galería de los vestidos, esta exposición se ha instalado en un gran edificio moderno del norte de la segunda ciudad de Rusia, que acoge el Centro de Conservación y Restauración del museo del Hermitage, donde se almacenan carrozas y muebles de época. “El departamento de vestidos ocupa 600 metros cuadrados. Detrás de los maniquíes expuestos hay armarios y cómodas en las que guardamos nuestra colección de 24 mil objetos”, explicó Nina Tarasova, comisaria de la muestra.
“La exposición solo representa el 3 por ciento de nuestra colección. Tenemos, por ejemplo, 280 objetos personales de Pedro I el Grande, y es la colección más importante de ropa masculina del siglo XVIII del mundo”, afirmó.
Para garantizar la conservación de estos objetos extremadamente frágiles, la temperatura de la galería se mantiene en 21 grados, y la humedad, en 46 por ciento. Ni el más mínimo resquicio de luz natural se cuela por las ventanas, para evitar que se altere la calidad de los tejidos.
La exposición se centra principalmente en los trajes personales de los zares rusos de la dinastía Romanov, de Pedro I el Grande (1672-1725) al último de ellos, el emperador Nicolás II, que murió a manos de los bolcheviques en 1918.
También se muestran los atuendos rurales de varias regiones y vestidos de baile que llevaban las familias nobles de San Petersburgo. “Gracias a estos objetos no solo podemos juzgar la moda de la época, sino también la estatura e incluso el carácter de los miembros de la familia Romanov”, añadió Tarasova.
Un jubón de lana verde de Pedro el Grande, fundador de San Petersburgo, se expone al lado de un espléndido vestido azul briscado en plata que lució la emperatriz Catalina II al pasar revista a los militares. “Algunos vestidos necesitaron varios meses de trabajo”, explicó Tarasova.
Es el caso de un vestido blanco de encaje, ornamentado con finos bordados, creado para la boda de la última zarina, Alejandra Fiodorovna, y a cuya confección le dedicaron más de seis meses modistos y bordadores.
“Es muy impresionante. Sobre todo porque todos estos vestidos y estos objetos datan del siglo XVIII o XIX, pero dan una imagen de nuevos, incluso de muy actuales a veces”, indicó, entusiasmada, una visitante, Anna Griaznova, quien fotografiaba unos baúles de viaje Louis Vuitton de 1902.