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& uando concluye un año se hace un corte de caja, un inventario y una evaluación. Definitivamente hemos librado algunas tormentas y sufrido algunos naufragios. Definitivamente perdimos y ganamos batallas, y, definitivamente: el mundo sigue aquí y nosotros también. Habría entonces que preguntarnos: ¿qué haremos juntos?
La respuesta más rápida sería: ser felices. La felicidad viaja en la mochila de un mensajero, no es algo entregable por sí mismo, sino portado por alguien o por algo sólo para ser reconocido. Ese mensajero, ya seaun buen resultado, logros, o una sorpresa, se apreciará como valioso o bello, y por ellos e experimentar á como felicidad.
Sin embargo la felicidad es en mucho una idea fabricada por la mercadotecnia social, quiéndecide por nosotros qué es valioso o bello, y, en general,define que es algo material, o bien emocional con envoltura material. De modoque se termina por ser esclavo del deber de ser feliz, o mejor dicho, de “poseer felicidad”, y además, de ostentarla.
Una repuesta más sensata a la pregunta: ¿Mundo, estamos aquí, qué haremos juntos? sería: Honrar la Vida. El tema de honrar la vida implica una dosis extrema de realidad que no es tan romántica como la búsqueda de la felicidad, yobliga a admitir que un mejor futuro puede no ser alcanzable si no se afronta y se participa en su construcción. En este México en fuego cruzadoentre la corrupción, tanto de funcionarios públicos como de sectores sociales coludidos, y la fallida ejecución de la justicia, la batalla más importante a ganar paracada mexicano esla de mantener altos principios éticos en el actuar propio y plural, principios que en cualquier escenario resistan la tensión.
Construyamos verdadera felicidad basada en el valor de los Valores. Dignifiquemos Familia, Amigos, Salud, Trabajo, Creatividad, Desarrollo, a través de actuar con Honestidad, Solidaridad y Conciencia Política, para lograr un país ejemplar en bienestar social y ambiental.
Te invito a que, con ese afán, durante todo el nuevo año, ya sea en solitario o sumando manos, no cejes nunca de tirar la red al mar de la Vida.m