¿Utopía o cacotopía?
En lo económico y financiero, el año que inicia tiene como grandes retos detener el crecimiento de la inflación, que cerró con un aumento anual de 6.69%, informa el INEGI. También controlar el crecimiento de la deuda pública, que de acuerdo a la SHCP, el Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público llegara a 9.46 billones de pesos, que representa el 48% del PIB, mientras que la Deuda Externa del Sector Público rondará en los 191,825 millones de dólares.
Comercialmente, el 2018 mantiene una delicada expectativa sobre el resultado de la renegociación del TLC, que depende del estado de ánimo y los disparates de Donald Trump. La generación de empleos mejor remunerados y la contención del aumento del dólar, también son desafíos importantes.
Al igual que el de la inseguridad pública y sus repercusiones negativas sobre la integridad física de las personas y el desaliento para abrir nuevos negocios. El 2017 tiene un legado preocupante: el saldo sangriento que arroja el año pasado, se eleva a poco más de 42 mil homicidios, superior a los 40 mil de 2016, 36,429 de 2015 y 35,943 de 2014, de acuerdo al reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Pero sin duda alguna, el 2018 será eminentemente un año electoral, porque está en juego la Presidencia de la República (¿continuar o cambiar de partido en el gobierno?), la renovación total de 128 Senadores y los 500 Diputados Federales, además de elecciones locales en 30 entidades federativas, en Tamaulipas los 43 Ayuntamientos, en la primera elección concurrente en el estado.
Como Tres Reyes Magos, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Andrés Manuel López Obrador, recorren el país llevando oro, incienso y mirra a los ciudadanos, a cambio de su apoyo. Brillarán nuevamente, como la Estrella de Belén, pero por su ausencia, las Plataformas Electorales que sus partidos registraron ante el INE y privilegiarán los ataques y la guerra sucia. Enamorar a los electores a base de engaños y la denostación del adversario, será su estrategia.
Por esta razón, estimado lector, le propongo que el 2018 sea el año en que nos decidamos a construir entre todos, un poderoso contexto de exigencia para los partidos y autoridades electas. Exigirles transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción. Decirles que la política le pertenece a los ciudadanos.
Que el voto no es cheque en blanco, sino instrumento poderoso que premia y castiga.Propongo que el 2018 sea el año que nos acerque a la utopía y ponga distancia a la cacotopía, empoderando al ciudadano.