Milenio Tamaulipas

“El punk rock actual es una caricatura ultrasimpl­ificada”

“Pararse hoy en un escenario con una guitarra no te hace en sí una persona radical o revolucion­aria “, dice la ex miembro de The Slits

- Xavier Quirarte/México

Muchos deberían tomar en cuenta las declaracio­nes de Viv Albertine sobre la dificultad para escribir sus memorias. La otrora integrante de la banda británica The Slits (Las Vaginas) logra en Ropa música chicos (Anagrama, 2017) una recreación vívida de la era del punk británico y sus secuelas, así como su vida como solista.

Habla también con crudeza sobre su vida personal, sus crisis de conciencia y su renacimien­to como mujer y artista. Como bien advierte Thurston Moore, Ropa música chicos es “un recuento de amor, caos y reflexión a cargo de una testigo ocular”.

Nacida en Sídney, Australia, Albertine llegó a Londres en 1978, donde vivió en las entrañas del punk cuando era un acto subversivo, y convivió con personajes como Mick Jones, Malcolm McLaren, Sid Vicious y Johnny Thunder.

En entrevista con MILENIO por correo electrónic­o, Albertine comenta que lo difícil de escribir “fueron las constantes crisis de conciencia. Me tomó tres años escribir el libro, y como no había escrito ninguno antes, cada vez que llegaba a las etapas difíciles, como fue la estructura, pensaba que no podría hacerlo, cuando todos los artistas se topan con estas dificultad­es. Pocos meses después encontré la voz adecuada para el libro, y eso ocurrió cuando utilicé el tiempo presente”.

Sobre la honestidad del libro, en el que hay partes sórdidas y dolorosas, pero también momentos muy divertidos, Viv se recuerda en el proceso de la escritura “sentada en la mesa de la cocina, cuando la verdad desnuda me estimuló, me incendió o me hizo reír. Hasta que entregué el libro al editor me di cuenta de la realidad que implica que la gente lea estas confesione­s dolorosas. Entonces me desarmé y tuve una especie de ataque de nervios. Durante tres meses no pude salir al mundo: estaba muy sensible y me deprimía. Empecé a relajarme hasta que comencé a hablar del libro en presentaci­ones y el público respondía a lo que yo había escrito”. ¿Cuál es tu percepción del punk? Mucha de la gente relacionad­a con el punk rock se ha convertido en una caricatura ultrasimpl­ificada. Todos éramos gente bastante dañada, pero es importante ver cualquier movimiento con la óptica de los tiempos. Enfrentába­mos retos muy diferentes a los de los jóvenes de ahora. Tomó un tiempo que la música se volviera buena. Creo que solo había pocas bandas y canciones buenas. Se volvió realmente interesant­e alrededor de 1979, con el disco Slits y grupos como Public Image Ltd, Gang of Four y This Heat. No sé cómo se llamaba esa época, ¿post punk? ¿Cuál fue la importanci­a del punk? Estoy harta de hablar del llamado punk. Fue hace tanto tiempo y éramos —y aún lo soy— antinostal­gia. Pero creo que la cultura de “hazlo tú mismo” es un buen legado: no tener que ser virtuoso o profesiona­l o rico o con conexiones para ser creativo también fue algo bueno. Las chicas eran más interesant­es que los chicos, lo que estaba bien. Me gustaba que fuéramos abiertas y también lo más honestas posible. ¿Gente como tú abrió las puertas para las mujeres en el rock? Cuando The Slits se separaron nos poníamos a pensar dónde estaban las otras mujeres que hacían música. Fui a ver a algunas que surgieron después de nosotras, pero no eran musicalmen­te originales: sonaban como rock o punk de hombres, algo derivativo. Para mí, el ahora llamado rock no es una arena interesant­e, no es un lugar donde sucedan cosas radicales que hagan reflexiona­r. Pero hay más mujeres...

Me alegra que ellas puedan entrar un poco más fácilmente que nosotras, pero pararse en un escenario con una guitarra no te hace una persona radical o revolucion­aria. Yo estoy interesada en la gente que trabaja fuera del escenario: maestros, investigad­ores, médicos, defensores de derechos humanos, facilitado­res en lugar de intérprete­s. ¿Te arrepiente­s de algo? Cuarenta años después de estar en una banda aún se me define por ello, todavía tengo que hablar de eso. El libro es sobre toda mi vida: cáncer, aborto, amor, violencia, infertilid­ad, soledad, todo eso que es más importante que despedazar una guitarra. Pero aun así la gente glorifica el “circo” y no el tejemaneje de sobrelleva­r una vida.

 ?? CORTESÍA EDITORIAL ANAGRAMA ?? “Creo que la cultura de ‘hazlo tú mismo’ es un buen legado”, asegura la cantante y guitarrist­a.
CORTESÍA EDITORIAL ANAGRAMA “Creo que la cultura de ‘hazlo tú mismo’ es un buen legado”, asegura la cantante y guitarrist­a.

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