La disputa por Ciudad de México
El triunfo en la elección presidencial pasa por CdMx; el PRI ganó en 2012 con un bajo porcentaje en la entidad, pero, tal escenario ha cambiado, por lo que requiere potenciar al máximo su presencia
De todas las elecciones concurrentes, la que se libra en Ciudad de México reviste la mayor importancia. No es por desmerecer los comicios en los que habrá renovación de poderes y ejecutivo local como en Jalisco, Veracruz, Guanajuato y Puebla. Por razones demográficas y políticas, lo que ocurra en el otrora Distrito Federal será de la mayor importancia en el nuevo equilibrio político y regional que habrá de erigirse el primer domingo de julio, así como en la definición de candidato ganador en la elección presidencial.
Ciudad de México ha sido santuario de la izquierda prácticamente desde que la entidad se abrió a la democracia. Cuauhtémoc Cárdenas fue su primer gobernante, de allí en adelante el PRD ha gobernado de manera consecutiva y con mayoría en la Asamblea Legislativa. El 2015 significó un cambio importante, Morena obtuvo 18 triunfos en los 40 distritos; el PRD 14; el PAN cinco y el PRI tres. Más allá de los triunfos distritales y delegacionales, la batalla entre Morena y el PRD fue muy cerrada en porcentaje de votos, 27.9% vs 31.1%, respectivamente.
Nada alentadora la noticia de enfrentamientos resultado del boicot a actividades de proselitismo de Claudia Sheinbaum por supuestos miembros o simpatizantes del PRD. Los hechos deben preocupar y por ello deben llevar a la aplicación estricta de la ley con sanciones ejemplares a manera de despejar la violencia del horizonte electoral. En la base social se dirime una lucha feroz en Ciudad de México, así sucede por los intereses de por medio. Estructuras clientelares asociadas a la corrupción, particularmente de autoridades delegacionales, propician que la confrontación llegue a términos de violencia, una disputa por el botín que lo mismo son permisos de uso del suelo que de operación de giros negros.
El PRI decidió postular a Mikel Arriola, un funcionario destacado en áreas muy complejas de la administración y a quien se le acredita firmeza y eficacia, dos atributos necesarios para gobernar la entidad, con el agregado de su pasado sin militancia o pertenencia formal a partido político alguno y además de haber trabajado en el gobierno del presidente Calderón en la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios, cargo en el que fue ratificado por el presidente Peña y desde inicios de 2016 designado director general del IMSS. El PRI tiene un reto mayúsculo en la entidad y ha entendido bien que para ser competitivo requiere superar el nivel de 19.3% obtenido en la pasada elección de jefe de gobierno. El desgaste de la imagen del PRI volvía necesario postular a un candidato como el de Mikel Arriola, quien puede centrar su oferta en los temas de eficacia y salud.
Morena decidió seleccionar a su candidato mediante encuesta procesada internamente por la dirección del partido, lo que ya antes llevó a la inconformidad de Ricardo Monreal, delegado de la Cuauhtémoc por la opacidad del procedimiento. El PRD resolvió un proceso competido en el que participan la ex dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales; el doctor Armando Ahued y Salomón Chertorivski, ambos funcionarios del actual gobierno local, decisión que habrá de ser resuelta también por encuesta, pero mediante la contratación de tres empresas reconocidas en el medio, mediante un pro- cedimiento concertado y aprobado por los contendientes, lo que significa que habría unidad y reconocimiento del resultado.
Llama la atención que a pesar del desgaste de los partidos en Ciudad de México no existan opciones independientes. El PRD participará como frente en coalición con el PAN y Movimiento Ciudadano. La sumatoria de las tres fuerzas aseguraría un triunfo en la elección local; sin embargo, en los preliminares de intención de voto, en estos momentos persiste ventaja de Morena. La conformación de candidaturas del frente en delegaciones y distritos electorales habrá de resolverse a partir de la fortaleza regional de las fuerzas que lo conforman. Quienes sean candidatos al Senado serán fundamentales para sumar el potencial del frente como un todo, la suma de los integrantes de la coalición.
El triunfo en la elección presidencial pasa por Ciudad de México. El PRI ganó en 2012 con un bajo porcentaje en la entidad; sin embargo, tal escenario ha cambiado, por ello requiere potenciar al máximo su presencia y para ello se vuelve fundamental hacer de la elección una competencia de candidatos y no de partidos. López Obrador perdió la elección presidencial con un triunfo arrollador en Ciudad de México, 64%. Sin embargo, la competencia del frente puede minarle la base electoral, especialmente si Ricardo Anaya le da la competencia. En tales condiciones se complicarían los números para AMLO en el agregado nacional. En tal supuesto, para ganar los votos faltantes tendrían que obtenerse de otras entidades como el Estado de México y Veracruz.
Llama la atención que pese al desgaste de los partidos en la capital no existan opciones independientes