Precandidatos, “sin propuestas viables y con cantaletas fofas”
“La ciudadanía es bombardeada y se le hace tragar mensajes contra su voluntad”, señala
Sin propuestas viables, vacíos, sentimentalistas, con cantaletas fofas y huecas”, así son los mensajes de los distintos partidos que compiten en las llamadas precampañas”, además de que los “precandidatos únicos están entronizados sin menor competencia, como en el caso para obtener la Presidencia”, consideró la Arquidiócesis de México.
En el semanario Desde la fe, en su editorial “Precampañas y más campañas”, señala que los candidatos “no son conocidos por su plataforma o propuesta, sino por deslumbrones o dotes particulares: hambre, sueños y visiones, pretendidas virtudes personales o pedigri político por linajes dinásticos y familiares”.
En ese sentido, lamentó que los costos de “la democracia reflejan cómo la ciudadanía es bombardeada y se le hace tragar mensajes contra su voluntad, porque no hay diferencias entre precampañas y campañas...”.
El impacto se mide en millones de pesos y de spots en radio y televisión, sin que los concesionarios ganen ni un céntimo por la transmisión de los mensajes.
En el periodo de precampañas federales, que va del 14 de diciembre de 2017 al próximo 11 de febrero, más de 11 millones de spots son como una plaga que retumbará e impactará en la ciudadanía.
El semanario considera que hay un dispendio de recursos económicos que se suman al de las campañas a iniciar en marzo próximo. Para la Presidencia el tope máximo de gastos de precampañas será de 67 millones 222 mil 417 pesos; en el caso de las campañas, será de 429 millones 633 mil 325 pesos; para conseguir una curul en la Cámara de Diputados, el tope máximo de gastos de precampaña será de 252 mil ocho pesos, y para la etapa de campaña de 1 millón 432 mil 111 pesos, hipotéticamente”.
Por eso, “el remedio de la reforma electoral fue más caro que la enfermedad que afectaba a la democracia. La tarea es mayor cuando precandidatos y candidatos estarán obligados a la rendición de cuentas a través de los informes de fiscalización que deberán reportar a la autoridad que, por cierto, los ciudadanos no conocemos de forma integral”. “No obstante, el optimismo fiscalizador topa estruendosamente con el muro de la realidad que aprovecha los vacíos legales. Esa es la simulación. Abiertamente estamos en un periodo de campaña electoral con toda desfachatez, usando recursos que no deberían usarse para tales objetivos.
“Es el desafortunado juego en el cual pocos ganan: los partidos con casi medio año de campañas activas en este proceso electoral; mientras, millones pierden: los ciudadanos, cada vez más atiborrados y decepcionados de esos partidos y candidatos que prometen hasta las perlas de la santísima virgen en medio de las difíciles condiciones de seguridad y económicas”.