2017, el año más costoso en desastres para EU
El año pasado fue el más caro de la historia de Estados Unidos por catástrofes naturales, debido a una serie de incendios, heladas, inundaciones y huracanes que significaron pérdidas por 306 mil millones de dólares, según informó la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
En 2017, un total de 16 desastres naturales costaron la vida a al menos 362 personas, aunque la cifra podría crecer sensiblemente una vez que Puerto Rico termine su revisión de las muertes por el huracán María.
El año más costoso para Estados Unidos había sido hasta ahora el 2005, con pérdidas por 215 mil millones a causa en su mayoría de los huracanes Katrina, Wilma y Rita.
Las millonarias pérdidas por el paso de los huracanes convirtieron la de 2017 en la temporada de huracanes más cara jamás registrada, con 265 mil millones.
El huracán Harvey, que causó fuertes inundaciones en Texas, costó 125 mil millones de dólares, solo superado por el huracán Katrina en 2005, según los registros históricos de desastres millonarios, que se llevan desde hace cuatro décadas.
El huracán María, que devastó gran parte de Puerto Rico, costó 90 mil millones, mientras que el huracán Irma, que azotó el Caribe y Florida, costó 50 mil millones. También, la temporada de incendios forestales en el oeste, que arrasó buena parte de California, costó 18 mil millones de dólares triplicando el récord anual del costo de incendios forestales en EU.
El año pasado también fue el tercero más cálido registrado en el país, después de 2012 y 2016. Todos los estados del país en su territorio principal y Alaska tuvieron temperaturas superiores a la media por tercer año consecutivo.
“La señal a largo plazo está relacionada con el calentamiento global a largo plazo aunque todavía tendremos inviernos muy fríos”, dijo Deke Arndt, jefe de la sección de monitoreo de los Centros Nacionales de Información Ambiental de la NOAA.
En diciembre pasado, el gobierno del presidente Donald Trump anunció un proyecto para subastar derechos de perforación de petróleo y gas frente a la costa este de Estados Unidos, lo cual había sido descartado por su predecesor Barack Obama que defendió la protección al medio ambiente.
La posición de Trump coincide con la presión de la industria petrolera para obtener nuevos lugares para perforar, aun a costa del estado del planeta.