Rusia en México
El de Macuspana ha ganado un blindaje sobre lo que se le puede decir, advertir o criticar; ni los errores graves o las omisiones le afectan, aunque no es una virtud, es un defecto nada menor
Respuesta ingeniosa pero elusiva cuando López Obrador en video se refirió al oro de Rusia. Con humor y gracia lo tomó como un capítulo más de la guerra sucia de la que ha sido objeto desde siempre.
El de Macuspana ha ganado un blindaje sobre lo que se le puede decir, advertir o criticar; ni los errores graves o las omisiones le afectan. No es una virtud, es un defecto nada menor. Él tampoco se da por aludido y es su personalidad. Todo inconveniente lo traslada no al terreno de una realidad compleja y difícil, sino a la embestida interesada de sus adversarios y de sus poderosos enemigos. Él lo cree y muchos de sus seguidores también.
Es un defecto mayor ser inmune a la crítica, porque se simplifica la contienda y, más que eso, no se advierte el camino minado. López Obrador se ha impuesto a sí mismo un estándar de conducta a partir de su propia ambición de llegar a la Presidencia. No es que sea honesto, es que en su código hay que serlo para aspirar a gobernar desde Palacio Nacional. No es un tema de esencia, sino de cálculo. Quien es honesto no lo predica o presume, simplemente actúa como tal. Son muchos los mexicanos honestos, incluso en la política y en el servicio público; los bandidos los hay en todos los partidos, incluso Morena, ahora más cuando muchos suponen que es la vía para ganar el poder y, además, cuando se suscribe el proyecto públicamente se gana una suerte de absolución de todo pecado.
No es broma, tampoco misil de denostación la posible incursión de los rusos en los comicios en México. Así ocurrió y está documentado en la elección presidencial estadunidense y es el tema que trae en jaque a la presidencia de Trump, precisamente por la ingenuidad con la que actuaron sus subordinados en tiempos de campaña ante la pretensión de los rusos de impedir el triunfo de la señora Hillary Clinton. Venezuela también tiene interés en la elección y no se puede descartar su intervención en los comicios en curso.
López Obrador se podrá reír y muchos con él sobre esta posibilidad. La confianza y la ingenuidad no son atributos de la política, al menos de la que entiende el poder, sus laberintos, complicidades y complicaciones. La geopolítica para no pocos es poco menos que ciencia ficción. México siempre ha estado en el mapa de los intereses globales y el provincianismo no debe llevar a excluir lo que el país representa en el ajedrez mundial.
El secretario de estado estadunidense, Rex Tillerson, en su viaje al país pidió a los mexicanos estar atentos porque Rusia tiene tentáculos que alcanzan varias elecciones en el mundo. No fue una echada o volada, es una advertencia sobre una realidad que no admite regateo o frivolidad.
López Obrador puede estar muy seguro de sí mismo, pero no sobre sus colaboradores. Le sucedió la única vez en la que ha sido autoridad. Su secretario particular, ahora con Morena, fue sorprendido recibiendo dinero de uno de los contratistas predilectos del gobierno del entonces Distrito Federal. Su secretario de finanzas, igualmente fue evidenciado como un asiduo apostador en grande en Las Vegas. Lo acontecido fue parte de la trama contra López Obrador para impedir su llegada a la Presidencia, quizás eso le dio una suerte de inmunidad ante la evidencia. En otras condiciones, por la cercanía y la importancia de ambos personajes, hubiera sido suficiente para poner en entredicho si no la honorabilidad del jefe, sí la capacidad para escoger y controlar a colaboradores en puestos críticos.
Esto viene al caso porque no hay manera en la que López Obrador pueda evitar que en su nombre o de su partido se haga fácil establecer vínculos que comprometan no solo la pretendida visión ética del candidato, sino la legalidad misma. En las campañas hay mucho dinero, así como hay políticos que han migrado hacia Morena por franco oportunismo bajo la creencia de que será el partido ganador; también hay mucho dinero de origen legal e ilegal dispuesto a financiar a candidatos, además del riesgo de que personajes que forman parte del crimen organizado aspiren a ganar el cargo de elección especialmente en el ámbito municipal.
Los partidos —todos— debieran fortalecer su capacidad para verificar a quienes presenten como candidatos y también tener en cuenta que el financiamiento privado está prácticamente prohibido; el que haya mucho dinero fuera de la norma no significa que puede obtenerse de cualquier fuente. El riesgo está presente y no es tarea de las autoridades ni del INE servir de filtro para evitar la incursión de dinero del crimen o del exterior.
Venezuela también tiene interés en la elección y no se puede descartar su intervención en los comicios en curso