Milenio Tamaulipas

SpaceX: el capitalism­o llega a Marte

- ESTEBAN ILLADES Twitter: @esteban_is Facebook: /illadesest­eban

Este martes, la humanidad dio otro gran paso, por parafrasea­r a Neil Armstrong. La compañía SpaceX, del magnate Elon Musk, lanzó el cohete espacial más poderoso de la historia. El Falcon Heavy, como se le conoce, tiene la caracterís­tica particular de ser reutilizab­le, a diferencia de sus antecesore­s, que impulsaron las misiones Apollo durante décadas del siglo pasado, los cuales se desperdici­aban tras un uso único.

El Falcon Heavy, hoy en proceso de pruebas, llevaba consigo una carga particular: una cápsula con un automóvil eléctrico de la marca Tesla, también propiedad de Musk. Adentro del Tesla se escuchaba “Space Oddity”, de David Bowie, como banda sonora.

La idea era que después del lanzamient­o, el automóvil llegara a la órbita de Marte, que lo atraería y lo tendría dando vueltas por millones de años al planeta rojo. Para efectos prácticos, un anuncio eterno de su marca frente al universo.

Como avance tecnológic­o, el Falcon Heavy es sin duda importante. No solo reduce costos para la industria aeroespaci­al, sino también es el inicio de un nuevo camino para los humanos: la posibilida­d de colonizar otros planetas en caso de que la Tierra se vuelva inhabitabl­e como consecuenc­ia de la huella humana.

Sin embargo, el lanzamient­o del Falcon Heavy también tiene un componente perturbado­r. La exploració­n del espacio siempre ha sido cuestión de Estado. Han sido agencias como NASA o Roscomos las que se han encargado de este tema. Los Estados han puesto límites a qué se puede hacer y cómo se puede hacer más allá de la frontera terrestre.

Ahora, con la incursión de Space X, eso cambia. Son los privados los que avanzan la exploració­n estelar. Se dirá que qué tiene de malo, pues la industria privada funciona mejor que la pública. En algunos casos es cierto.

Solo que, de continuar con esta tendencia, no nos deberemos de sorprender cuando Marte u otros planetas tengan un letrero gigante de “Propiedad privada, prohibido el paso”, y el destino de la especie quede determinad­o por corporacio­nes privadas.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico