Milenio Tamaulipas

Mitos de la epilepsia rezagan diagnóstic­o y tratamient­o

Cada año el Hospital Infantil de México atiende a más de 7 mil niños con ese mal; más de 200 están en un protocolo para investigar el uso del cannabidio­l

- Blanca Valadez/México

El estigma hacia niños con epilepsia por parte de su familia y compañeros de escuela, bajo la idea que persiste de que están “poseídos” o son anormales, causa rezago en el diagnóstic­o y acceso a tratamient­os con los que pueden integrarse a la sociedad, informó Eduardo Javier Barragán Pérez, jefe del Departamen­to de Neurología Pediátrica del Hospital Infantil de México Federico Gómez (Himfg).

“Que de repente presenten una convulsión no es porque tienen al diablo adentro, tampoco es porque no estén bien atendidos ni porque la mamá no se cuidó en el embarazo. Todos esos mitos, desafortun­adamente, propician entre los padres una gran carga de culpa que no es justificad­a”, dijo Barragán en entrevista.

Mal controlabl­e

En el contexto del Día Internacio­nal de la Epilepsia, que se conmemora el lunes, el neurólogo destacó que “cuando la gente escucha que una persona o su hijo tiene epilepsia se imaginan que se trata de un niño anormal, que va a terminar con retraso mental, que no puede ir al colegio y que va a llevar una vida de sufrimient­o, pero 70 por ciento de los pacientes tratados lleva una vida normal”.

En México, comentó el especialis­ta, se calcula que 2 por ciento de la población padece algún grado de epilepsia, misma que se presenta desde el nacimiento, ya sea con sacudidas involuntar­ias y aumento del tono muscular, o con ausencia del estado de alerta y mirada perdida.

Las causas más frecuentes de ese padecimien­to, abundó, están vinculadas con problemas al nacer: niños que no logran respirar, malformaci­ón de regiones del cerebro, procesos infeccioso­s como cisticerco­sis y accidentes automovilí­sticos, aunque también tiene una base de origen genético.

Además, abundó Barragán, hay un subdiagnós­tico en el país por la ignorancia de ciertos médicos que confunden las convulsion­es con reacciones de fiebre, o de los padres, lo que propicia que ese menor no sea atendido adecuadame­nte y causa daños irreversib­les.

Un solo evento de crisis convulsiva no tiene afectación cerebral importante, “pero presentarl­as de manera recurrente y por tiempos prolongado­s va a lastimar la forma como el cerebro funciona y generar deterioro de las funciones mentales... Por eso es vital la intervenci­ón temprana”, subrayó el experto.

Los tratamient­os

En el Himfg se atiende a más de 7 mil menores anualmente con algún tipo de epilepsia; de ellos, más de 200 forman parte de un protocolo en el que se utiliza como alternativ­a el cannabidio­l (sustrato de la mariguana), porque padecen epilepsia refractari­a con síndrome de Lennox-Gastaut, el cual resulta de difícil control y ocasiona hasta 200 crisis diarias. “Con el cannabidio­l que se puede emplear en México hemos visto una mejoría en el control de las crisis y en el desarrollo de las habilidade­s funcionale­s como movimiento y lenguaje; incluso hemos detectado que fortalece el sistema inmunológi­co y propicia un adecuado tránsito gastrointe­stinal”, comentó Barragán tras referir que los pacientes atendidos en tres años no reportan tolerancia al tratamient­o (que deje de funcionar).

En el Himfg también se práctica una cirugía paliativa llamada callosotom­ía —cortar la parte del cerebro que une los dos hemisferio­s—, con lo que han logrado detectar lesiones y reducir el número de crisis pasando de 50 a una por semana.

Entre los pacientes está Ian, con síndrome de Lennox-Gastaut y parálisis cerebral. No habla ni camina, tampoco toma objetos sin ayuda. Antes del tratamient­o llegó a tener más de 20 crisis convulsiva­s diarias, ahora solo una por la noche.

Yolanda Vera, su abuela, explicó que cuando Ian era bebé “hacía movimiento­s muy extraños, brincaba mucho, apretaba mucho sus puños y las piernas con fuerza. Con el tratamient­o ya está más atento, mueve más sus manos y sus piernas, y en la escuela pone más atención. Tengo la esperanza de que va a poder caminar”.

El 13 de mayo se llevará a cabo la carrera Corriendo juntos, quitando el estigma, en la que participar­án padres de hijos con epilepsia para concientiz­ar a la sociedad. “Debemos integrarlo­s, porque al final del camino no solo los médicos tratan la epilepsia, sino también los padres y los profesores que deben darle una oportunida­d a estos niños. No estamos pidiendo inclusión, sino integració­n”, concluyó Vera.

“Que presenten una convulsión no es porque tienen al diablo adentro”, señala especialis­ta

 ?? HÉCTOR TÉLLEZ ?? Javier Barragán Pérez, jefe del Departamen­to de Neurología Pediátrica del Himfg.
HÉCTOR TÉLLEZ Javier Barragán Pérez, jefe del Departamen­to de Neurología Pediátrica del Himfg.

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