Froylán M. López Narváez, Álvaro Cueva, Jairo Calixto Albarrán
En la cercanía de una magnitud que hubiera sido fatal (7.2) y con epicentro en Pinotepa Nacional, Oaxaca, a las 17:39 de antier se padecieron en Guerrero, Tabasco, Estado de México, Veracruz, Chiapas, Morelos, Michoacán, Puebla y Ciudad de México angustias que lamentablemente tienen y tendrán reincidencias.
Ocurre que, en más de un sentido, la mayor parte del territorio nacional es sísmica y no solo en terremotos terrestres, sino en terrenos políticos. Ahora mismo se vive una hipercrisis económica y social. La gravedad la puntualiza el hecho de que 6 de cada 7 mexicanos no tienen recursos para la llamada canasta básica, o sea, la sobrevivencia.
Para colmo de males, hubo una desgracia política, ya que el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, y el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, cayeron al intentar aterrizar en Pinotepa Nacional. Inmediatamente se habló de dos muertos, pero al caer sobre un transporte perecieron más personas.
Fue afortunada la alerta sísmica en la capital de México, pues ésta funcionó muy bien y dio aviso con 72 segundos de anticipación. La tecnología dio la prevención, puesto que en 300 mil celulares se tiene activada la app 911 y fue descargada por 19 mil usuarios. También hay un capital de 3 mil millones de pesos para enfrentar contingencias como la de antier.
En una especie de tragicomedia, horas antes del sismo Ricardo Becerra renunció al cargo de Comisionado para la Reconstrucción, Recuperación y la Transformación de Ciudad de México, con unos pocos meses de ejercicio desde octubre de 2017.
Renunció, alegó, porque se inconformó por el manejo de los recursos por parte de la Asamblea Legislativa. No tiene noticia de la justificación o las prioridades de los casi 8 mil millones de pesos, y más grave: “esa cantidad no tiene relación con el diagnóstico de las necesidades de las personas afectadas por el sismo”. En ninguna parte se ha dado cuenta de pérdidas humanas, por más que en la costa oaxaqueña, Pinotepa Nacional y Santiago Jamiltepec hubo inmuebles dañados.
En Pinotepa Nacional se dañó el hospital del Issste y también hubo derrumbes en la carretera federal Km 200, a la altura del paraje Río Arena.
En instituciones como la UNAM y el IPN se suspendieron las clases. La UAM y el Tecnológico de Monterrey revisaron y no encontraron, de inmediato, en sus instalaciones daño alguno. El INBA hizo saber que no hubo daños en su estructura y en sus acervos.
En otras partes del mundo también ocurren terremotos, incendios vastos e inundaciones, lo cual da cuenta de la desconsideración de los siniestros de todo tipo. Pero se puede prevenir y encarar estas damnificaciones que no tienen control humano.