Sus incondicionales y los
Recién llegados al partido arropan en su toma de protesta al “necio y obcecado”
Acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez y de su hijo que lleva su mismo nombre, Andrés Manuel López Obrador llegó minutos después de las 10 de la mañana al hotel Hilton, donde Morena realizó su Asamblea Nacional Electiva.
Bajó del Jetta blanco que utiliza cuando está en la capital y, vestido con un traje negro y una corbata roja con un tono más cercano al color priista que al guinda de Morena, saludó a algunos simpatizantes que lo esperaban en la recepción para tomarse una fotografía.
Sus hijos José Ramón y Gonzalo, e incondicionales como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Yeidckol Polevnsky, Martí Batres y Bertha Luján, entre otros, ya estaban en el salón Don Diego, sentados en el área de invitados especiales.
Otros de reciente y cuestionada adhesión a Morena, como los ex jefes delegacionales Víctor Hugo Romo y Jesús Valencia, o los actores María Rojo y Sergio Mayer, también ya lo esperaban.
Ya con López Obrador en el segundo piso del Hilton, Horacio Duarte, representante de Morena ante el Instituto Nacional Electoral, comenzó la ceremonia.
Primero leyó, votó y aprobó la lista de candidaturas al Senado que buscarán un escaño en las urnas. Enseguida vino la postulación Presidencial.
“Me permito preguntarles a todos ustedes, los asambleístas con derecho a voz y voto, que sirvan levantarlo para aprobar la candidatura del licenciado Andrés Manuel López Obrador”, dijo Horacio Duarte.
Los consejeros nacionales levantaron su gafete y comenzaron los gritos de “¡pre-si-dente!, ¡pre-sidente!, ¡pre-si-dente!”.
“A ver, bájenla. Si hubiera votos en contra...”, preguntó Duarte entre risas de algunos asistentes.
“No veo ninguno. Por lo tanto, es aprobada por unanimidad de votos. Le pedimos al licenciado Andrés Manuel López Obrador que pase al frente para tomarle la protesta como candidato de Morena y, en su momento, de la coalición Juntos Haremos Historia. Si nos ponemos de pie, por favor”, pidió Duarte.
—¿Protesta guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y demás disposiciones que de ella emanen, así como el estatuto de Morena y encabezar el Proyecto Alternativo de Nación con lealtad y patriotismo, y representarnos como candidato a la Presidencia de la República?” —preguntó Duarte.
—¡Sí, protesto! —respondió el tabasqueño con el brazo derecho levantado.
—De ser así que el pueblo se lo reconozca. ¡Qué viva México! ¡Qué viva Morena! ¡Qué viva Andrés Manuel López Obrador!
Enseguida, se paró ante el atril y por más de media hora dio su primer mensaje como candidato presidencial por tercera ocasión.
“Soy terco —es de dominio público—, necio, obcecado, perseverante... con esta misma convicción actuaré como Presidente de la República”, expresó.
Y con tres “¡Viva México!”, López Obrador concluyó.
Los cientos de simpatizantes se levantaron, aplaudieron y volvió el grito que desde hace 12 años no han detenido, y que a decir del propio tabasqueño, nunca habían estado tan cerca de conseguir: la tercera es la vencida... “¡Pre-si-dente!, ¡pre-sidente!, ¡pre-si-dente!”.