Un millenial y el vacío de la crónica de Pánuco
Con solo 35 años de edad el joven aceptó la responsabilidad de documentar y narrar el rompecabezas del segundo ayuntamiento histórico de América Latina
Q“Pánucoué significa Pánuco para ti? Pregunté al término de la charla. es un lugar de encuentro, porque ahí una confluido muchos tiempos y por lo tanto muchas culturas, desde la parte prehispánico en la creencia que dese ahí ascendió Quetzalcóatl para llegar al altiplano, la teoría que la cultura madre no fueron los Olmecas, sino los Mayas y que comenzaron en la zona norte del país actual, o la llegada de los extranjeros en el siglo pasado, usos costumbres...” dice sin dudar Luis Enrique Pérez.
Esa seguridad quizá fue la que provocó que, a sus 35 años, haya sido designado cronista del segundo ayuntamiento histórico de América, el de la otrora Villa de Santiesteban del Puerto, hoy municipio de Pánuco.
Para él ser joven no es un impedimento de cargar con la responsabilidad de narrar la historia de un sitio tan longevo, una función que generalmente desarrollan personas de experiencia, y sobre todo cuando hay un vacío cultural en lo que a narración histórica del municipio se puede encontrar.
“Es una gran responsabilidad y reto, sobre todo cuando justamente reducimos a la figura del cronista a ciertas características intelectuales o físicas, creemos que a mayor edad mayor conocimiento, pero en este punto de la historia mundial como local, está sucediendo un cambio generacional”.
Luis Enrique Pérez publicó el año pasado con apoyo del gobierno veracruzano el libro sobre la historia del huapango de Pánuco, lo que generó la oportunidad de conocer en su investigación, gran parte de la historia del municipio, del que resaltó la empatía con la experiencia y la sabiduría, “Esa investigación del huapango no fue mía en lo personal, toqué muchas puertas, algunas no se abrieron, otras no lo hicieron fácilmente, eso me dio la conciencia que debemos de partir de los que los demás han hecho. No podemos pensar que podemos seguir sin lo hecho por Rutilo Valdez o Defino Rodríguez Arteaga o un Efrén Pazzi Mesquida, que puede ser el primer cronista moderno, allá en los años 30, o que venimos a descubrir el hilo negro, como jóvenes debemos continuar desde esos pilares... y lamentablemente eso ha sucedido, no ha habido una continuidad para conservar y preservar, todos los que llegan empiezan desde cero”.
Es tanto así, que desde su participación en la pasada administración en la Dirección de Cultura, veía como una oportunidad alimentar las próximas generaciones, chicos de primaria, secundaria y bachiller para darles a conocer la historia del municipio, sobre la que asegura, hay un enorme desconocimiento de la historia y el origen de Pánuco, sobre el cual refiere, puede estar provocado por diversos tipos de “boquetes” generacionales.
Uno de ellos ha sido la falta de difusión desde la educación, el incendio de los archivos municipales en 1985 por cuestiones políticas que dejó incluso sin registro civil al municipio, y la falta de acervo.
Esto mueve uno de sus principales proyectos, un centro de documentación,para el cual tendría que seguir tocando puertas para conseguir documentos que queden a consulta y enriquecimiento del pueblo. “Rearticular la cronología del acontecimiento histórico, porque “boquetes”, que se pueden llenar, primero, yendo a la iglesia católica, institución líder que podría tener un acervo que date del siglo XIX, y la bibliografía dentro y fuera del país: historiadores, coleccionistas que por alguna razón han tocado a Pánuco, que su nombre lo dice, lugar de paso, que es referente de la historia del país, o incluso que los mismos ciudadanos puedan aportar lo que tenga en su casa, con una donación, un archivo digital o una copia”.
Y así, Pánuco, tras casi 7 años sin un cronista, tiene uno con visión millenial.
“... entonces para mi eso es Pánuco, siempre lo he creído así, un lugar de encuentros, de encuentros muy afortunados” .
En este punto de la historia mundial, está sucediendo un cambio generacional”
No ha habido una continuidad para conservar y preservar, empiezan de ceros”