Los candidatos que merecemos
Los partidos políticos ya tienen candi- datos de manera oficial. Son: Ricardo Anaya, por el PAN, PRD, y Movimiento Ciudadano; José Antonio Meade, por PRI, Partido Verde, y Nueva Alianza; Andrés Manuel López Obrador, por Morena, Partido del Trabajo, y Partido Encuentro Social.
Además de la Presidencia de México, otros cargos de elección popular están en juego el domingo 1 de julio. Diputaciones federales y senadores, son comicios para todo el país.
En el caso de Tamaulipas se agrega la disputa de las 43 alcaldías, en tanto que gubernaturas, congresos estatales y presidencias municipales se decidirán en otras entidades.
Los aspirantes empiezan a definirse, cumpliéndose así algunos pronósticos, aunque en otros casos se han dado sorpresas que son materia de comentarios.
Que si Morena decidió darle una candidatura Germán Martínez Cázares, expanista y por ende otrora crítico del creador y candidato presidencial del partido; o a Napoleón Gómez Urrutia, líder sindical en un exilio de años en Canadá.
Otro caso es la propuesta del PAN de Miguel Ángel Mancera como su candidato a senador, algo contradictorio si se toma en cuenta que el jefe de Gobierno de la CdMx es de ideología progresista mientras que el partido promotor es conservador.
También que funcionarios hereden a su parentela candidaturas a sucederlos, como en Veracruz y Morelos, donde sus hijos aspiran a relevarlos, en tanto que en Puebla la esposa de Rafael Moreno Valle quiere gobernar la entidad apenas dos años después de haber sido la primera dama.
En Tamaulipas, el hermano del gobernador está apuntado para ocupar un asiento en el Senado; y en Sonora la hija de Beltrones también busca un lugar en la Cámara Alta bajo el auspicio de su padre.
Con miles de cargos de elección popular en disputa en unos meses, también hay los que brincarán, sin haber cumplido el tiempo para el que fueron elegidos, de un encargo a otro.
En todo lo anterior no existe un caso de ilegalidad; entonces, ¿qué es lo que sorprende? Si lo políticos acaparan para ellos y sus familiares los espacios disponibles, es porque como sociedad, indiferente y perezosa en los asuntos de la vida pública, lo hemos permitido. ¿Vale quejarse?