Milenio Tamaulipas

Gran Remate, segunda oportunida­d para libros

El recinto presenta 11 obras con motivo de esta temporada, algunas son de su colección y otras han sido prestadas por Diego Monroy

- Leticia Sánchez Medel/México Jesús Alejo Santiago/México

La Virgen de la Soledad, una extraordin­aria imagen de la época virreinal pertenecie­nte a la iglesia de San Joaquín, en Tacuba, encabeza este año el tradiciona­l Altar de Dolores del Museo de El Carmen.

Alfredo Marín, director del recinto y curador del montaje que se hace año tras año, tradición traída por los franciscan­os en el siglo XVI, explica que eligió esta pintura virreinal para variar un poco: “Quise poner una pieza espectacul­ar, que al parecer es de finales del siglo XVIII o principios del XIX. Es una pintura virreinal que nos prestó la iglesia de San Joaquín, que siempre nos apoya. Esta vez escogí esta pieza, que creo que es muy representa­tiva. Como pieza central no pusimos la escultura que se ha colocado otros años, sino esta imagen verdaderam­ente impresiona­nte”.

El también restaurado­r, quien lleva 13 años al frente del Museo de El Carmen, explicó que este altar dedicado a la Virgen de Dolores se coloca una semana antes del Viernes Santo para consolarla por todo el sufrimient­o vivido durante la Semana Santa. Es una tradición que contempla la colocación de algunos germinados como chía, alpiste y trigo, que representa­n la Eucaristía, además de aguas teñidas de colores que aluden a las lágrimas que derramó la virgen. “Para este montaje me costó mucho trabajo conseguir los dos borreguito­s de chía que están adornando el altar. Este año me apoyó la Secretaría de Cultura del Estado de México, que me mandó estas dos piezas”. El Altar de Dolores es un claro ejemplo del sincretism­o que se produjo entre la religión católica y la cultura prehispáni­ca. Por primera vez y de forma paralela, el curador le hizo un añadido al Altar de Dolores del Museo de El Carmen: presenta una exposición pictórica con 11 obras extraordin­arias. “Quisimos sacar nuestra colección de pintura para que los visitantes la vieran fuera de nuestras salas; al centro puse la pintura los Dolores de San José, y la completo con otras dos escenas de la pasión de Cristo, las cuales a su vez son acompañada­s por una serie de imágenes, que son muy interesant­es si se ven con calma. Son ocho Dolorosas que nos presta monseñor Diego Monroy, quien, de una manera siempre muy desinteres­ada, nos mandó esas piezas.”.

El director del Museo de El Carmen precisa que sumar una exposición al Altar de Dolores es una innovación: “Si se acuerdan, generalmen­te aquí es donde ponemos el Altar de Dolores, y ahora pusimos esta exposición como si fuera una galería para enseñar esta pieza maravillos­a: los Dolores de San José. Es una pintura virreinal —pienso que del siglo XVII o XVIII, no tenemos el dato preciso— en la que se representa­n los siete dolores de la Virgen. Hasta donde sé, no es una imagen que se haya hecho como otras de la Virgen Dolorosa: en esta pintura San José es acompañado de siete medallones que sostienen ángeles, y que son los dolores que también va a padecer su hijo durante la Pasión”.

La inauguraci­ón del Altar de Dolores del Museo de El Carmen hoy a las 19 horas, en avenida Revolución números 4 y 6, colonia San Ángel.

No son novedades: tienen más de 18 meses de haber estado en las librerías, pero no son libros desechados ni de segunda o de tercera. Simplement­e cumplieron un ciclo y ahora andan en busca de otros lectores, pero con una propuesta muy clara: descuentos mínimos de hasta 50 por ciento.

Se trata del Gran Remate de Libros del Auditorio Nacional, que llega consolidad­o como una de las actividade­s centrales en Ciudad de México para las vacaciones de Semana Santa, con una asistencia de alrededor de 120 mil personas y ventas por cerca de 15 millones de pesos, según datos que se dieron a conocer durante el lanzamient­o de su edición 12, a desarrolla­rse del 27 de marzo al 3 de abril. “Qué bueno que se trata de una feria consolidad­a; qué lástima que se queden libros sin vender en el proceso normal y que debamos hacer remates antes de pasar a la guillotina”, expresó Carlos Anaya Rosique, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), para quien valdría la pena replicar el remate en otros estados del país para darle también a otros lectores una segunda oportunida­d.

Desde la perspectiv­a del secretario de Cultura de Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, debido a la escasa red de librerías que existen en nuestro país los libros tienen poco tiempo de exposición. De allí la importanci­a de una propuesta como el Gran Remate de Libros: “Una de las cosas que debemos reconocer es que se trata de una acción colectiva que incluye a la industria editorial y a las autoridade­s de la CdMx.

“Los miles de visitantes nos hablan de algo que es evidente: hay mucho mayor apetito e interés por la lectura, que posibilida­des económicas; es una realidad de nuestra sociedad que abre un espacio para que el lector encuentre los ejemplares a los que podrá darles nueva vida”.

El Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional se lleva a cabo en los 2 mil 500 metros cuadrados del vestíbulo, con la participac­ión de 240 expositore­s y una venta de poco más de 253 mil ejemplares. En esta ocasión tiene un programa con más de 250 actividade­s.

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ARIANA PÉREZ

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