Milenio Tamaulipas

Escapan del trabajo y del hogar al playazo

- Eugenia Gómez/Ciudad Madero

Accesos vacíos, estacionam­ientos libres, ni tiendas de acampar ni chárteres se observaron a primera hora en Playa Miramar. Los únicos que madrugaron fueron los “chavos no tan chavos”. “Todavía recuerdo cuando no se podía entrar, hace más de nueve años que vengo y seguimos porque no queremos olvidar esa época en la que toda la gente de Tampico y Madero se juntaba, eran buenos tiempos”, señaló Olivia Sánchez, quien permaneció bajo un toldo en cuya lona se leía “Área de Chavorruco­s”. “Para ser uno de nosotros tienes que tener arriba de 30 años, lo esencial es comprar cerveza”, dijo Arturo Rodríguez, añadiendo que dejó a su esposa en casa y avisó que estaba enfermo en el trabajo. Los doce amigos que convocaron por redes sociales a “preservar la tradición” fueron los únicos que dieron vida a la costa durante la mañana.

Al corte de las 13:00 horas, la Secretaría de Turismo en Ciudad Madero reportó una afluencia de 9 mil 750 visitantes y mil 787 vehículos; a la par, en el Parque Bicentenar­io registró a 677 paseantes y 136 unidades.

Sin embargo, conforme fue avanzando el día, decenas de personas comenzaron arribar a la playa; jóvenes con mochila, otros con uniformes de Petróleos Mexicanos e inclusive familias completas se instalaron poco a poco en el Mirador Uno, en la Plaza Gobernador­es y en la Escollera.

Latas de cerveza y botellas de whisky se fueron acumulando sobre las banquetas, el reloj todavía no marcaba las cinco de la tarde y ya había filas en los sanitarios portátiles, en los depósitos y en los negocios de convenienc­ia. Adolescent­es salían del Oxxo con bolsas de frituras y con “la promo de 12 latas por $100”.

“Lento pero seguro” los chavos y no tan chavos demostraro­n que, pese a que las autoridade­s han dicho que “del playazo solo quedan recuerdos”, este todavía no muere, pero agoniza. Lejos han quedado los días en que estudiante­s se “hacían la pinta” para reservar un lugar. El ambiente ha cambiado, ahora, son adultos quienes al salir del trabajo deciden recordar sus buenos tiempos y pasar un rato en Miramar.

En el último corte de las dependenci­as locales, se informó que a la playa ingresaron 18 mil 683 visitantes y 3 mil 384 automóvile­s, y estimaron que subiría el número ya entradala noche.D

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YAZMÓIN SÁNCHEZ

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