Desvelan en Los Ángeles secretos de Teotihuacan
La muestra congrega casi 200 obras, muchas de las cuales no se habían presentado en EU
Es un día histórico para la arqueología mexicana, para el municipio de Victoria, para Guanajuato, para la institución que encabezo y para México, ya que con la apertura y puesta en marcha del sitio arqueológico de pinturas rupestres Arroyo Seco, se muestra el resultado de la colaboración entre los distintos niveles de gobierno, las instituciones y la comunidad”, destacó el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández.
En el acto de apertura, realizado en el municipio de Victoria, Guanajuato, el antropólogo resaltó que se trata de un trabajo que lleva más de 10 años desarrollándose bajo el modelo de colaboración, el cual ha permitido la apertura de diversas zonas arqueológicas en el estado, como Plazuelas, en el municipio de Pénjamo; Peralta, en Abasolo; Cañada de la Virgen, en San Miguel Allende, y El Cóporo, en Ocampo; y próximamente el Cerro de los Remedios, en Comonfort. Expuso que se trata de una labor de muchos años, iniciado por Ana Crespo y retomado por Carlos Viramontes. “Por eso es importante tener claro que este trabajo concentra las funciones que tiene el INAH, ya que no solo se trata de la administración de las 190 zonas arqueológicas y 121 museos”.
Prieto explicó que las tareas del INAH tienen que ver con la investigación, y que detrás del trabajo que se presenta hoy existe una enorme labor a la que hay darle una interpretación. Otra de las labores del instituto, dijo, es la conservación de este patrimonio, “que se realiza en colaboración con los municipios y estados, con la intención de que las nuevas generaciones puedan seguir disfrutado de este legado, por lo que es fundamental el cercado del área, la recuperación de las tierras y la elaboración de un plan de manejo del sitio, que permitirá que la zona arqueológica no se afecte”.
Por su parte, el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, destacó que el sitio arqueológico que se abre a la visita pública es un patrimonio de los mexicanos y de México para el mundo, ya que se trata del tercer sitio de esta naturaleza que se abre en el país.
Indicó que este legado muestra la visión del mundo que tenían las culturas que ahí habitaron, plasmando su concepción de lo que los rodeaba, por lo que es fundamental darlo a conocer para entender el presente.
Posteriormente, el titular del INAH entregó al gobernador guanajuatense el Plan de Desarrollo y Operación de la Zona Arqueológica Arroyo Seco, como un refrendo del compromiso común entre la institución y el gobierno estatal, para cuidar, difundir y disfrutar esta importante zona arqueológica de pinturas rupestres. Asimismo, develaron la placa conmemorativa de la apertura del sitio.
El sitio Arroyo Seco está integrado por una planicie y dos pequeñas elevaciones naturales de relevante valor paisajista, donde se ubican los conjuntos pictóricos que le confieren a lugar su valor patrimonial y que lo distinguen como una de las concentraciones de arte rupestre más importantes del país. Y es de los pocos lugares con este tipo de arte en el centro del país y el único en Guanajuato.
Se trata de una de las concentraciones de mayor importancia en el país en este tipo de arte
La muestra Ciudad y cosmos: las artes en Teotihuacán, que puede verse en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA, en sus siglas en inglés), presenta los nuevos hallazgos en las grandes pirámides del complejo arqueológico y alrededores, del que fue núcleo vital de Mesoamérica.
La exposición, abierta hasta el 15 de julio, incluye casi 200 obras, desde esculturas monumentales realizadas en piedra volcánica hasta pinturas murales polícromas y pequeñas piezas hechas con piedra verde preciosa, obsidiana y cerámica, muchas de las cuales no han sido presentadas antes en EU. “Es una exposición que me fascina por la cantidad de descubrimientos que revelan las historias de esta gran ciudad”, dijo Megan O’Neil, responsable de contenidos del proyecto. “Nos centramos en las ofrendas (enterradas bajo las grandes pirámides del Sol, de la Luna y de la Serpiente Emplumada) y objetos provenientes de los conjuntos residenciales para dar una idea del tipo de ciudad que era: multicultural, urbana y cosmopolita, increíblemente importante para las Américas y para el mundo”, añadió.
El principal curador de la exposición, Matthew Robb, fue el encargado de seleccionar las piezas de la muestra, una tarea a la que dedicó cinco años.
Tras su paso por Los Ángeles, se espera que la colección viaje a otras ciudades estadunidenses, y también a México.
“Hay muchos objetos que se están presentando aquí por primera vez porque son resultado de investigaciones recientes. Los Ángeles y LACMA son un pedacito de México y nos da gusto que se presenten aquí”, comentó Diego Prieto, director general del Insti- tuto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).
La antigua ciudad de Teotihuacan floreció en el valle de México durante el primer milenio d.C. y fue en su momento el mayor centro urbano en las Américas.
La muestra explora cómo Teotihuacán lograba crear una identidad cívica cohesionada y cómo los objetos que se presentan estaban colocados de maneras específicas para conmemorar la fundación ancestral de la ciudad y forjar relaciones con fuerzas vitales como el fuego y el agua.
La colección arranca con los nuevos hallazgos de Tlalocan, el nombre dado a una ofrenda subterránea, simulación del inframundo cósmico, descubierta en 2003 por un equipo de arqueólogos mexicanos dirigidos por Sergio Gómez.
Cerca de la última cámara del túnel había cuatro esculturas, dos de las cuales están en la exposición. “Representan a los primeros fundadores de Teotihuacan y uno de ellos es una mujer. Esto es algo que se sabe en México, pero nunca ha sido formalmente exhibido. Lo será y estará en un lugar destacado”, señaló Prieto.
Las siguientes secciones cubren las manifestaciones artísticas realizadas con materiales locales e importados y las deidades que personificaban fenómenos de la naturaleza como la lluvia, los rayos, el fuego, el agua o el maíz.
“Vendrá gente de todo el mundo a admirar la cuna de una de las grandes civilizaciones originarias del mundo”, añadió el director del INAH.
El principal curador de la exposición, Matthew Robb, tardó cinco años en seleccionar las piezas