Marco Rascón,
Dos temas que hay que explicar y que han llamado la atención de mis propuestas.
El primero es si son de la competencia del jefe de Gobierno y, el segundo, sobre sus implicaciones sociales y para el desarrollo económico.
Son muchas las reformas que a lo largo de estos años han demostrado su validez, nacieron aquí, y hoy son tema de reformas federales. El de la despenalización de la mariguana es una demanda desde la capital, que la ha convertido en vanguardia de reformas, libertades y derechos anteriormente postergados, a los que se ha sumado una nueva agenda.
Si bien la resolución legislativa no recae en el gobierno local, sí adquiere peso a favor la posición que adopte el actual gobierno en torno a la despenalización y lo que pudiera aplicarse a favor de esta política, tanto desde el tema de la criminalización de los consumidores hasta las políticas preventivas aplicables. La legalización sería un golpe al valor de la mariguana y, por tanto, al narcotráfico, cuya base económica es precisamente la ilegalidad.
Nuestro retraso para legalizar hoy significa una complicidad para fomentar nuestra dependencia, pues mientras Estados Unidos la legaliza y levanta una poderosa industria en torno al cáñamo, que va desde lo medicinal, cosmético, textil, etcétera, acá los mexicanos nos quedamos con los delitos, cárceles, muerte y violencia.
El trabajador solo respetará la máquina el día que ésta se convierta su amiga, reduciendo su trabajo, y no como en la actualidad, que es su enemiga, quita puestos de trabajo y mata
a los trabajadores. Émile Pouget (1860-1931)
Respecto a la jornada laboral: a lo largo del capitalismo, el movimiento obrero y la izquierda comprometida con sus demandas han planteado la reducción de la jornada laboral.
En la actualidad, en muchos de los países desarrollados que han sido punta en el desarrollo tecnológico, la industrialización, la mecanización y la robótica, la llamada RTT a seis horas (reducción de tiempo de trabajo) ha sido eficaz para el aumento del empleo y la productividad, incrementando la capacidad de consumo promedio de bienes y servicios y una mejor distribución de la riqueza social producida.
La RTT es una forma de responder a la escasez del trabajo asalariado formal, que a su vez genera economía y es una alternativa contra el empleo informal. Según la OIT, es también una opción estratégica para el incremento de la productividad y el desempleo causado por el desarrollo tecnológico y la automatización.
La RTT junto a la renta básica universal aumentaría la base de consumidores para el desarrollo de las economías locales, creando un consumidor medio que, a su vez por el aumento de servicios y productos, ampliaría la clase media.
Si a eso agregamos la Ciudad Nocturna (otra de las propuestas), ampliando el horario de la actividad laboral y económica a 24 horas para establecimientos mercantiles, abasto, esparcimiento y servicios públicos como recolección de residuos, etcétera, ayudaría a una ciudad de paz. Solamente los empleados de limpia aumentarían sus salarios 100 por ciento.
El desempleo y el bajo valor del trabajo impuesto por el actual modelo económico excluyente han generado una poderosa economía informal. A menor valor del trabajo formal, mayor economía informal.
Por otra parte, en CdMx la jornada laboral no es de 8 horas, sino de 10 para los que viven aquí y de 13 horas para los que vienen diariamente de la Zona Metropolitana a trabajar. El colapso del transporte significa 3.3 millones de horas-hombre perdidas.
Siendo Ciudad de México la que aporta 16% del PIB, claro que desde el gobierno local se puede impulsar estos cambios lanzándonos, no como tecnófobos a destruir máquinas, como los Ludistas (1811-1816 en Londres), sino a poner a CdMx en el camino del futuro sostenible.