Papa puede asesorar en lucha anticrimen, dice López Obrador
Convoca a personalidades internacionales y nacionales a delinear plan contra violencia
carece de planeación, estrategias y enumera problemas, pero no dice cómo va a resolverlos a semana pasada realicé una serie de preguntas en materia de salud a los candidatos a la Presidencia de México. Aunque hasta el momento no ha habido una respuesta directa a estas, cuatro de los ahora cinco candidatos ya han ofrecido ideas o propuestas sobre el tema, que procuraré analizar con la misma atención.
Andrés Manuel López Obrador fue el primero en publicar algo. En un sitio web especifico denominado MorenaSalud.org da a conocer sus ideas a través de una suerte de documento programático.
En ese mismo sitio, AMLO habla de sus logros en salud en el gobierno del entonces DF; sin embargo, si somos honestos, la salud no fue el tema más importante para la ciudad durante su gestión.
AMLO es también el primero en nombrar a su eventual secretario de Salud, el doctor Jorge Alcocer Varela es un reconocido reumatólogo del Instituto Nacional de Nutrición. Un excelente investigador con una gran trayectoria, pero que deberá probar, si es el caso, que es capaz de administrar los problemas de salud del país.
A simple vista y a lo largo de siete cuartillas, el programa de López Obrador puede parecer completo y partir de un buen análisis. Reconoce varios datos y antecedentes disponibles en materia de salud, lo cual es un buen comienzo; sin embargo, comete un error al querer dar una imagen ambiciosa: carece de un orden estratégico.
Este programa habla de todo, pero no profundiza en nada. Como ejemplo, menciona muchas enfermedades crónicas, pero en todo el documento solo se menciona una vez la palabra “obesidad”, no volviendo a tocar el tema ni ofreciendo soluciones. Lo mismo sucede con el cáncer.
López Obrador denuncia bajos niveles de detección de cáncer de mama (únicamente), sin hablar de otros tipos de tumores ni proponer algo que disminuya la morbimortalidad por este padecimiento.
En el único momento en el que se habla de dinero, éste no cuadra. En sus propias palabras, el plan de AMLO “contempla como uno de sus objetivos principales fortalecer el Sistema Público de Salud en su conjunto para lograr un enfoque no solo curativo, sino también preventivo e integral y mejorar la eficiencia de su operación”; el problema es que, para lograrlo, propone aumentar el financiamiento público en “por lo menos 1 por ciento del PIB”, cuando la OCDE le da a México un rezago de más de 3 puntos porcentuales.
Ahora bien, algo verdaderamente innovador es el implementar un sistema de urgencias efectivo. La atención de urgencias es uno de los temas en los que México tiene más rezago. Una vez más, el candidato no ahonda en ello. No dice cómo, no dice ni cuánto costará ni cómo pretende llevarlo a cabo.
López Obrador ofrece mejorar la calidad y calidez de los servicios de salud. Una vez más, no dice cómo, ni de a cómo.
Habla de la necesidad de investigación en salud y menciona incluso las áreas, pero no dice ni cómo ni lo más importante: el monto que asignará a ello.
Menciona la actual cobertura limitada del Seguro Popular, pero no dice qué “causes” deben incluirse o cuánto dinero asignarle.
Reconoce que en México faltan enfermeras, pero no menciona que la formación académica de la mayoría de ellas es muy básica y sus salarios muy bajos.
Según AMLO se requieren más médicos generales y menos especialistas, lo que no entiende es que menos de 9 por ciento de los médicos graduados logran tener acceso a un programa de residencia y menos de la mitad de estos se gradúan como especialistas.
El problema principal con el plan de salud de AMLO es que mezcla los problemas de salud, con su visión personal de justicia y equidad social. Así, este programa habla al mismo tiempo de corrupción, redistribución geográfica, desigualdad, política de medicamentos, participación y colaboración social y ciudadana, rendición de cuentas, equidad en políticas y menciona también “establecer un pacto por la salud pública”, lo que quiera que eso signifique.
Al final, tenemos un documento que pretende englobar todos los problemas de salud, pero se queda muy corto al analizarlos, proponer soluciones y asignar recursos.
Lo bueno: hay un programa y hay un responsable.
Lo malo: el programa es solo una colección de postulados. Carece de planeación, estrategias y medición. Apenas menciona los problemas más grandes en morbimortalidad de México y no ofrece soluciones concretas. Un sistema de salud requiere de objetivos claros, métricas y recursos. Es bueno conocer los problemas, pero es mejor entenderlos y aún mejor tener estrategias muy claras para resolverlos.
Seguiré analizando las próximas propuestas.
Andrés Manuel López Obrador aseguró que pedirá ayuda al papa Francisco y a otros líderes religiosos y sociales para delinear un plan de combate a la inseguridad “y conseguir la paz en México”.
Luego de reunirse con integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia explicó que en el encuentro expuso que, de ganar los comicios, convocará a foros para concretar este proyecto de consulta. “Planteé que voy a convocar a todo el pueblo al momento de que triunfemos. Vamos a iniciar unos foros después del 1 de julio antes de la toma de posesión para analizar entre todos el problema de la inseguridad y la violencia. “Estoy hablando de convocar a un diálogo con personalidades del mundo para tratar sobre temas de la inseguridad y la violencia y conseguir la paz en México”, explicó.
Respecto al papa Francisco, el tabasqueño justificó una posible invitación al jerarca de la Iglesia católica, pues, “con otras características”, pero ya ha apoyado en procesos de paz.
“Él participó en la pacificación entre los gobiernos de Cuba y EU, en los acuerdos de paz de Colombia y ha participado en todo aquello que contribuye a que haya tranquilidad, por eso se le va a hacer en su momento la invitación. “También a otros líderes espirituales, de otras iglesias y dirigentes de organizaciones sociales del mundo y del país para que se analice todo lo relacionado con el grave problema de la insegu- El tabasqueño adelanta que aunque no le guste a la oposición, pondrá fin a los gasolinazos ridad y de la violencia”, detalló.
Al ser cuestionado si se discutirá la amnistía a delincuentes, el tabasqueño aseveró que “se van a tratar todos los temas”, pues enfatizó que “no es posible que continúe esta violencia. Va a ser un debate nacional, un diálogo entre todos, el propósito es lograr la reconciliación y la paz”.
En cuanto a su propuesta de congelar el precio de los energéticos, subrayó que aunque a sus opositores no les guste, mantendrá el compromiso de que no hayan más gasolinazos. “Sin enojarme les digo a los que no les parece mi propuesta de que no va a haber gasolinazos, es mi compromiso con el pueblo, aunque no les guste a los de, ya no le puedo decir mafia del poder, a los huachicoleros de arriba”, dijo.
Por la tarde, en una gira en el Estado de México, consideró que “si este horror que se vive ahora es lo que quieren darnos en un futuro, es preferible el pasado. “En unos días más vamos a lograr la cuarta transformación de la vida pública de México, no va a ser más de lo mismo, por eso andan muy nerviosos y nos critican, porque dicen que quiero regresar el pasado”, exclamó en un mitin en Tlalnepantla.
El tabasqueño dijo que quiere regresar al pasado, porque en el México de 1940 hasta 1970, el país crecía con una tasa promedio anual de 7 por ciento sin inflación y sin deuda.