Milenio Tamaulipas

Armando Fuentes Aguirre Catón

- afacaton@yahoo.com

/ópez Obrador debe estar agradecido con Jaime Rodríguez Calderón: lo salvó de quedar en último lugar en la calificaci­ón que puse a los aspirantes a la Presidenci­a después del primer debate en que participar­on. La aberrante -me resisto a usar el calificati­vo “estúpida”- propuesta que hizo El Bronco de cortarle la mano a quien incurra en corrupción o robo lo vuelve por sí sola indigno de estar en la contienda. Ni siquiera como artimaña para hacerse notar es admisible esa torpe, grotesca sugerencia. Por su parte AMLO evidenció una falta absoluta de recursos para debatir, una ineptitud total para desenvolve­rse ahí donde no está rodeado de sus incondicio­nales. En el debate se le vio nervioso, aturrullad­o, incapaz de responder a los cuestionam­ientos que se le hicieron, evasivo. Buena parte del tiempo se la pasó agachado, buscando papeles en vez de dar la cara. Beber de la botella de agua ante las cámaras hizo pensar que tenía la boca seca. Sus adeptos deben estar preocupado­s ante el paupérrimo desempeño de su líder. El tercer lugar de mi calificaci­ón lo ocupó Meade, que no estuvo ni bien ni mal sino todo lo contrario. Ni fu ni fa. Si algún adjetivo le cuadra es “anodino”. Apareció sin fuerza, sin mística, sin determinac­ión. Su voz, débil y carente de matices, no le ayuda nada. Y sin embargo fue Meade quien le asestó el mejor golpe a López Obrador con el asunto ese de los departamen­tos que AMLO ofreció regalarle si le probaba que son suyos. Meade presentó ya el registro de dos de ellos a nombre del tabasqueño, y en buena ley éste deberá entregarlo­s al candidato priista, pues conforme a derecho un bien es propiedad de la persona a cuyo nombre aparece inscrito en el Registro Público de la Propiedad, más allá de arreglos privados que el propietari­o haya hecho. Pese a todas sus argucias y artimañas López Obrador debería cumplir el ofrecimien­to que hizo ante millones de espectador­es si no quiere aparecer como un rajón que falta a su palabra. En este caso Meade, a quien el tabasqueño llama “ternurita” con machacona y monótona insistenci­a, lo puso en un aprieto nada tierno. Otro buen golpe lo dio El Bronco cuando le dijo a AMLO, a propósito del avión presidenci­al, que no anduviera vendiendo lo que no le pertenece. En segundo lugar coloqué a Margarita Zavala. Me sorprendió por eso conocer la opinión según la cual fue la que más decepcionó. Ciertament­e se le observó sobreactua­da, con ademanes excesivos y perdiendo la serenidad ante las alusiones a la gestión de su marido, pero en general estuvo asertiva y segura. Su intervenci­ón final fue la que mejor me pareció. En los próximos debates deberá ser más ella misma, pues su peinado y maquillaje impidieron ver a la verdadera Margarita, sencilla y natural. El indiscutib­le ganador fue Anaya. A diferencia de López Obrador, dio a ver que tiene estatura de Presidente. Con su excelente desempeño hizo pensar a muchos que podría vencer a AMLO. Si el prigobiern­o recobrara la razón dejaría de atacar a Anaya y propiciarí­a que el voto útil fuera para él. El desprestig­io del régimen, empero, seguirá favorecien­do mayormente a López Obrador. Pese a su aplastante derrota en el debate será difícil que su popularida­d baje significat­ivamente en las encuestas, pues así como el PRI cuenta con su voto duro, el candidato de Morena cuenta con su voto ciego. La inmensa mayoría de sus seguidores son, más que ciudadanos, feligreses que miran en AMLO a su pastor, al redentor que los sacará de pobres. Así pierda éste mil debates sus adeptos no cambiarán su voto. Sin embargo todavía falta tiempo para la elección. López Obrador se pondrá en riesgo si sigue creyéndose el seguro ganador. FIN.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico