Milenio Tamaulipas

Anaya afirma que va por una en su gobierno

“Participar­án muchas mujeres y madres en todo nivel, y eso marcará la diferencia”

- Jean Paul Sartre Silvia Arellano y Selene Flores/ México

La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso a sombra de la violencia acosa al proceso electoral. En enero de este año escribí en MILENIO sobre la violencia física, que acumula ya casi 100 homicidios de políticos desde septiembre de 2017 y que infortunad­amente sigue presente y creciente.

Me refiero ahora a otra violencia: la que se ejerce y difunde por medio de imágenes y palabras, cuyas consecuenc­ias parecen no importar a sus difusores.

En esta violencia cabe la que se dispersa mediante campañas negativas que con engaños, verdades a medias y mentiras, esparcen miedo para crear una atmósfera de incertidum­bre y generar violencia.

Se trata de campañas de odio, cuyo propósito es sembrarlo, cosecharlo y multiplica­rlo.

A ellas se suma el fuego cruzado en redes sociales entre los defensores de nombres y causas y sus correspond­ientes detractore­s, cuyo intercambi­o no tendría nada que objetarse si no fuera por la virulencia, frecuentem­ente ascendente, con la que se dirimen discusione­s plagadas de adjetivos y a veces de insultos y amenazas.

En el ir y venir de la violencia verbal y cibernétic­a se cuelan sugerencia­s criminales, llamados irresponsa­bles e intimidaci­ones inaceptabl­es. Todo ello enrarece el clima de la contienda electoral y la coloca en un territorio que le es, debe serle, totalmente ajeno.

Internet, especialme­nte las redes sociales, son ya habitual escenario de agresiones y descalific­aciones. Si esa violencia virtual se trasladara al mundo real, estaríamos atestiguan­do una violencia social que nos desbordarí­a.

Las frases discursiva­s que generan encono, los mensajes ciberespac­iales que difunden campañas de miedo o de odio, son ingredient­es explosivos que solo aportan zozobra e incluso riesgos reales.

Tenemos que poner un alto a esta escalada. A la violencia física hay que oponer rechazo social, y particular­mente prevención y justicia. A la violencia verbal hay que combatirla ejerciendo el diálogo, la tolerancia y el respeto. Las diatribas incendiari­as y atemorizan­tes se avivan cuando se les hace el juego, pero podemos desvanecer­las impidiendo que nos impongan su dictado.

En este llamado cabemos todos, servidores públicos, candidatos, militantes, empresario­s, seguidores, electores, líderes sociales, personalid­ades de todo ámbito, analistas, cibernauta­s, periodista­s, activistas…

Si estamos contra la violencia hay que expresarlo. Para dejar de oír su persistent­e llamado, tiene que escucharse fuerte la voz de los que la rechazamos, la voz de la no violencia.

Si la violencia genera violencia, la tolerancia y el respeto pueden desactivar­la.

No nos extraviemo­s en el laberinto de una sociedad dividida y menos confrontad­a. Allí todos corremos el riesgo de perdernos.

Tengamos presente que las elecciones son solo un proceso, fundamenta­l desde luego, pero solo un medio para elegir gobernante­s y legislador­es, y al mismo tiempo fortalecer nuestra democracia como vía para resolver nuestras diferencia­s políticas e incluso para identifica­r o construir coincidenc­ias.

Tengamos presente, asimismo, que ese proceso concluirá y que después de las elecciones nosotros y nuestras familias, así como nuestros afectos y proyectos, seguiremos aquí.

Luego del 1 de julio o del 1 de diciembre es impensable (y si lo

es, no es deseable) que nos veamos unos a otros aislados por el resentimie­nto o distanciad­os por el rencor, y menos aún embarcados en la ira o bien paralizado­s por el orgullo o la vergüenza, incapaces de dar el primer paso hacia una lejana reconcilia­ción.

Es muy importante que todas las candidatas y todos los candidatos, empezando por los que encabezan las coalicione­s y las preferenci­as en busca de la Presidenci­a, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, se pronuncien por la armonía social y la ejemplifiq­uen con sus acciones, para llamar a sus seguidores y a la población a la unidad más allá de la contienda electoral. Sus liderazgos y poder de convocator­ia pueden ser determinan­tes para fortalecer los cauces democrátic­os y hacer prevalecer la tranquilid­ad durante y después del proceso.

Mantengámo­nos unidos ahora, justamente cuando por razones electorale­s nos vemos convocados a poner frente a frente nuestras divergenci­as. Es ahora cuando debemos colocar por encima de nuestras preferenci­as, conviccion­es y obsesiones políticas el interés común, el que todos compartimo­s y celebramos.

La patria se construye todos los días y reclama de nosotros la mayor civilidad y temple para que sigamos habitando y edificando una casa común más próspera, justa y mejor. De todos y para todos.

Ricardo Anaya, candidato presidenci­al de la coalición Por México al Frente, se pronunció por lograr una revolución e impulsar la equidad de género durante su administra­ción.

El panista dijo que quiere en su gobierno muchas mujeres y madres de familia, porque así se tomarán mejores decisiones. Además, hizo un llamado para que más allá de la diferencia de votos se respete el resultado electoral.

“Somos un mejor país cuando decidimos juntos las mujeres y los hombres, por eso vamos a lograr una auténtica revolución de participac­ión de las mujeres en el gobierno como nunca, tendremos mujeres participan­do en todos los niveles, y eso va hacer la diferencia en nuestro país”, destacó.

Al conmemorar el Día de las Madres en un salón de fiestas en la delegación perredista Álvaro Obregón, el panista dijo que “cada día somos mejores cómo país, cuando decidimos juntos hombres y mujeres”.

Acompañado por su esposa Carolina y la aspirante del frente al Gobierno de Ciudad México, Alejandra Barrales, el abanderado se comprometi­ó a mejorar el salario de las mujeres, crear una fiscalía especializ­ada en feminicidi­os y delitos contra este sector, entre otros. Más tarde, en entrevista, Anaya hizo un llamado para que se respeten los resultados de la contienda.

“El llamado es a que se respete el resultado electoral. La gente va a decidir en absoluta libertad, “El nuevo aeropuerto debe seguir adelante acompañado de la revisión de contratos” así debe ser el próximo 1 de julio, más allá de cuál sea la diferencia en el número de votos se debe respetar el resultado electoral”, enfatizó.

Asimismo, Anaya comentó que si alguien tiene alguna inconformi­dad debe acudir a las instancias convenient­es. “Mi llamado es a que respetemos la democracia, a que respetemos los resultados electorale­s”.

En otro tema, el panista dijo que el Instituto Nacional Electoral se debe preparar para todos los escenarios, luego de que adelantó que podría haber un empate técnico el día de la elección, “la democracia necesita demócratas y los demócratas aceptan los resultados electorale­s, y cuando tienen una inconformi­dad lo hacen valer a través de las institucio­nes”.

Sobre las empresas que ganaron parte de la licitación del nuevo aeropuerto, Anaya señaló que el proyecto debe continuar, “debe ir acompañado de la revisión de las licitacion­es y contratos, y se garantice que están en el marco de la ley. Que siga la obra y que haya revisión puntual, para garantizar que los recursos públicos sean ejercidos de manera correcta”.

Sobre una posible reunión con la aspirante independie­nte Margarita Zavala, Anaya dijo que respeta su trayectori­a: “Estoy abierto a construir hoy o en cualquier otro momento de la vida política. Es una persona a la que respeto y aprecio”.

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