En contraste con López
Obrador y Meade, quienes por lo menos cuentan con sendas colecciones de ideas, el panista apenas y menciona el tema; en su plataforma de gobierno habla de cinco ejes rectores, pero se olvidó del sector
icardo Anaya es un candidato bien preparado. Elocuente, astuto, de dicción clara y mente ágil, pareciera tener siempre las respuestas listas a cualquier tema.
Muchos piensan que ganó el primer debate. Su capacidad argumentativa, complementada con una buena colección de información y datos, ha hecho que sus discursos se comparen a presentaciones TED.
Existe en medicina un formato de medicamentos llamado gragea. Es un comprimido de fármaco en polvo recubierto de azúcar. Esto lo hace más durable y le da un sabor agradable. En inglés se dice que es sugar-coated.
No pude escribir este análisis sugar-coated. La propuesta de salud de Ricardo Anaya es pobre, muy pobre.
En contraste con sus oponentes, Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade, quienes por lo menos cuentan con sendas colecciones de ideas en salud (y de quienes ya he escrito), Ricardo Anaya apenas y menciona el tema.
En su plataforma de gobierno, enunciada en su sitio web, Anaya habla de cinco ejes rectores. Ninguno de ellos es la salud.
En el cuarto eje, llamado “Desarrollo económico con inclusión e igualdad”, hay que navegar hasta el punto número 8. Es entonces cuando se habla de “Consolidar un sistema de salud universal y de calidad internacional”. Sin embargo, pese a un título tan rimbombante, para Ricardo Anaya la salud es un tema marginal.
Solo 12 renglones en internet, distribuidos en siete puntos. Eso es todo.
A continuación, los analizo: 1. Seguramente el punto más rescatable es el que habla de “Promover una integración verdadera de las instituciones de salud”. Honestamente es una excelente idea. Eliminar la fragmentación actual de la atención en salud es el Santo Grial que quisiéramos alcanzar.
Ya he mencionado en mis textos anteriores como es que la actual administración nunca propuso una reforma en salud. De haberlo hecho, éste hubiera sido el cimiento principal. El sistema de salud pública mexicano es un verdadero enredo que duplica funciones y no hace óptimo ni eficiente el gasto o la atención a los pacientes.
Sí, se requiere una integración del sistema de salud. El único problema es que Anaya no dice cómo hacerlo. Habla vagamente de un “Fondo Único para la Salud”, sin especificar qué significa semejante cosa o las dimensiones del mismo.
Quien quiera que lo haya asesorado, solo le dio una frase sexy sin darle la receta.
De allí en adelante, las propuestas se vuelven obvias o redundantes con la práctica actual.
2. Transitar hacia un modelo que priorice la prevención de las enfermedades. ¿Cuál es la novedad? El modelo actual funciona así. El problema es que al sistema le faltan recursos. El candidato Anaya lo sabe; por ello, promueve “dotar de recursos suficientes” al sistema, pero ¿cuánto dinero? ¿de dónde? ¿lo blindará de alguna manera que no se apliquen recortes como los actuales?
3. Fortalecer la figura del médico general. ¿Qué significa exactamente? En México, nueve de cada diez médicos son generales y la medicina de primer contacto es la puerta de entrada al sistema de salud pública o institucional. Si no es una urgencia, todos los pacientes deben de pasar por allí.
La medicina general requiere actualización continua y una verdadera regulación que haga obligatoria una recertificación para permitir el ejercicio profesional; pero si a esto es a lo que se refiere Ricardo Anaya, no lo sabemos. No lo dice en ninguna parte.
4. Establecer un programa integral de consulta y hospitalización en domicilio. Una propuesta bastante temeraria.
En primer lugar, se requiere de grandes recursos para pagar a médicos y enfermeras que realicen esta labor específicamente. Por otro lado, la hospitalización domiciliaria requiere de inversión en tecnología y equipo, es por ello que son pocos los sistemas de salud en el mundo que lo proveen y cuando lo hacen, incluyen solamente a pacientes muy específicos.
5. Propiciar una mejor distribución regional de la infraestructura y los recursos profesionales para la atención a la salud. Este es uno de los puntos más vagos. No menciona ni los criterios ni los mecanismos para realizarlo. El redistribuir los recursos actuales (sin hablar de adquirir adicionales) es lo de menos. “1000 days”