Amenaza de arancel tira acciones de automotrices
La industria advierte que un gravamen de ese tipo aumentará los precios al consumidor y afectará la economía estadunidense Daimler y Volkswagen sufrieron caídas de cerca de 3 por ciento innecesaria la medida, dado el estímulo de la reforma fiscal en EU
Las alemanas BMW, Analistas consideran
El precio de las acciones de los fabricantes de automóviles de todo el mundo cayó ante la perspectiva de que se impongan aranceles a los vehículos importados que se dirigen a Estados Unidos, mientras la industria advirtió que una medida como esa elevaría los precios al consumidor y perjudicaría la economía estadunidense.
La noche del miércoles, el presidente estadunidense, Donald Trump, abrió una investigación sobre las importaciones de vehículos, con base en la seguridad nacional, una medida que puede allanar el camino a nuevos aranceles a los coches que se envían desde Europa, Japón y Corea del Sur.
Si se implementa, los aranceles afectarían de forma desproporcionada a los fabricantes alemanes BMW, Daimler y Volkswagen, que envían a Estados Unidos una gran cantidad de vehículos desde sus plantas europeas, así como a los pequeños participantes como Jaguar Land Rover, cuya producción para Norteamérica se realiza en Reino Unido.
Las acciones de BMW, de Daimler, el propietario de Mercedes-Benz, y de VW Group cayeron cerca de 3 por ciento el jueves, mientras que las de Tata Motors, propietario de JLR, registraron una caída en el valor de sus acciones de 6 por ciento, ya que la industria tomó en cuenta el último giro en la saga de comercio global en el que EU y China consideraron imponer y relajar las reglas en torno a la importación de automóviles. “La vorágine continúa”, dijo Arndt Ellinghorst, analista principal del sector automotriz de Evercore ISI, y advirtió que es muy pronto para evaluar cuánto podría costarle a los fabricantes el más reciente desarrollo en EU. “Estamos muy lejos de cualquier posible implementación”, agregó.
Varios analistas dijeron que el movimiento reciente, que busca estimular la inversión en la fabricación de Estados Unidos, es innecesaria al tener en cuenta el estímulo que ofrecieron los cambios en el código fiscal de EU bajo el mandato de Trump.
Philippe Houchois, analista del sector automotriz en Jefferies, dijo: “Los cambios fiscales deberían ser suficientes para incentivar la fabricación en EU sin tratar de controlar la economía de forma excesiva”.
Además, muchos de los fabricantes de automóviles que potencialmente pueden resultar afectados por los cargos a las importaciones ya tienen operaciones importantes en EU.
Daimler tiene una planta importante en Alabama, mientras que la planta global más grande de BMW está en Spartanburg, en Carolina del Sur, que fabrica vehículos utilitarios deportivos para su exportación a escala mundial. La planta convierte a BMW en el mayor exportador por valor de Estados Unidos, y la compañía recientemente invirtió mil millones de dólares adicionales en el sitio. “Nuestra compañía tiene una red global de producción y un mercado global de ventas. Por lo tanto, el acceso sin barreras a los mercados es un factor clave, no solamente para nuestro modelo de negocio, sino también para el crecimiento, bienestar y empleo en toda la economía mundial”, dijo BMW.
Muchos fabricantes japoneses también tienen una considerable producción en Estados Unidos. La planta automotriz de Nissan en Tennessee es la más grande de EU.
Sin embargo, la mayoría de las automotrices japonesas todavía exportan modelos de lujo desde Japón, y esas ventas son cruciales para mantener alta la capacidad de utilización en casa. Por ejemplo, Toyota fabrica a escala local 70 por ciento de los vehículos que vende en EU, pero exporta los híbridos Prius y los vehículos de lujo Lexus desde Japón.
Aproximadamente 20 por ciento de la producción de automóviles de Japón —1.74 millones de unidades en los últimos 12 meses— tiene como destino Estados Unidos. Los autos son el producto de exportación número uno de Japón a EU, y las autopartes son el dos.
Las automotrices más pequeñas, que no cuentan con los volúmenes para construir un sistema de producción estadunidense a gran escala, se encuentran entre los más expuestos a cualquier arancel. Mazda tiene una planta en México pero no fabrica ningún automóvil en Estados Unidos, aunque la compañía planea abrir una planta de automóviles de mil 600 millones de dólares en Alabama que se va a manejar en conjunto con Toyota. “Vamos a seguir monitoreando estrechamente la situación”, dijo el jueves Masamichi Kogai, director ejecutivo de Mazda. “Llevamos a cabo la producción y las ventas de tal manera que coincide con las regulaciones y los aranceles de cada país”.
Volvo Cars abrirá su planta en Carolina del Sur este mes. El fabricante sueco de automóviles, propiedad de Geely de China, dijo: “Volvo cree firmemente en los beneficios de invertir y contribuir a los principales mercados en los que busca vender automóviles, y realizamos inversiones y creamos miles de empleos en Carolina del Sur”.
Hakan Samuelsson, su director ejecutivo, dijo anteriormente que los aranceles llevarían a un aumento de precios para los consumidores y menores ganancias para los fabricantes, reduciendo la cantidad que las automotrices podrían invertir en seguridad o tecnología.