La ética en el servicio público
Toda institución pública o privada debe poseer un código de ética; así como se preocupan por establecer la misión y visión y de ello hacen publicidad, también el aspecto ético debe ser redactado, dado a conocer al público externo, pero especialmente al público interno.
Pero además, supervisar el cumplimiento con ese ordenamiento.
El ciudadano común se queja de la falta de prácticas éticas en los servidores públicos… y no carece de razón, por las evidencias que luego traspasan el ámbito del trato en lo oscuro.
Aparecen evidencias que resultan inexplicables a la luz de la razón, respecto al nivel de vida alcanzado por funcionarios, cuyos niveles de ingresos son incongruentes con su tipo de vida.
México es uno de los países en que la ética está ausente; ahora tiene una calificación de las más bajas del mundo en las prácticas transparentes en el manejo de los recursos públicos, y por la percepción de otros privados que no pasan por el departamento de ingresos de las oficinas de gobierno.
La ética del servidor público responde a dos aspectos fundamentales: una obligación de carácter moral que es propia del individuo, es decir, la conciencia que debe tener el servidor de que sus actos debe adecuarlos a normas de conducta identificados con aspectos de responsabilidad, cumplimiento y honestidad.
El segundo aspecto se refiere a la amenaza que conlleva la aplicación de sanciones para el evento de que en el ejercicio de su cargo violente o se aparte de las disposiciones constitucionales, legales o reglamentarias que lo hagan acreedor a una sanción que puede ser de tipos diversos.
El tema de la ética en el servicio público está directamente relacionado con la conducta de los funcionarios que ocupan cargos públicos, tales individuos deben actuar conforme un patrón ético, mostrando valores morales como la buena fe y otros principios necesarios para una vida sana en la sociedad.
Cuando una persona es elegida para un cargo público, la sociedad pone en ella su confianza, y espera que cumpla un patrón ético. Así, esa persona debe estar al mismo nivel de esa confianza y ejercer su función siguiendo ciertos valores, principios, ideales y normas.
Un profesional que desempeña una función pública debe ser capaz de pensar estratégicamente, innovar, cooperar, aprender y desaprender cuando sea necesario, desarrollar formas más efectivas de trabajar. Por desgracia, los casos de corrupción en el ámbito del servicio público son el resultado de los profesionales que no trabajan de una forma ética… y a que no son supervisados en lo interno ni por sus partidos políticos. La debilidad de las instituciones han permitido que México sea una vergüenza en el campo de la corrupción… pero eso solo lo sienten las personas decentes.