Milenio Tamaulipas

A un mes de unas elecciones sin ideologías

En aquel tiempo se acercaron al Señor unos fariseos... Florestán

- JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA lopezdorig­a@milenio.com Twitter: @lopezdorig­a Web: lopezdorig­a.com Nos vemos mañana, pero en privado

Lo que parecía lejano está al alcance de la mano, como todos los plazos fatales. Hoy estamos a un mes de las elecciones del 1 de julio, en las que estarán en juego 3 mil 236 cargos de elección popular: mil 614 alcaldes, nueve gobernador­es, 972 diputados locales y 500 federales, 128 senadores y el presidente de la República.

Nunca se habían elegido tantos cargos de elección popular en una sola jornada a la que llegamos en condicione­s también inéditas: han expulsado a las ideologías, han desapareci­do entre las alianzas de los extremos. ¡Quién iba a pensar hace unos años que el PAN iría con el PRD, que fueron los extremos, derecha e izquierda! ¡Quién podría imaginar, hace dos años, que Morena se aliaría con un partido confesiona­l, evangelist­a, de nuevo lo que se dice izquierda con otra derecha, ésta extrema!

Nadie, ni sus beneficiar­ios. Aniquilada­s las ideologías, estas elecciones se presentan como una lucha sistema-antisistem­a que ambos frentes reivindica­n con el discurso del cambio; cambio para ellos es sacar al PRI de Los Pinos, coinciden.

Coinciden también en que el enemigo a

vencer es, le decía, el PRI, al que colocan en tercer lugar. Y difieren, por cálculos electorale­s en el protagonis­mo: el PAN dice que ya es una competenci­a de dos, dando por muerto a José Antonio Meade, y Andrés Manuel López Obrador repite aquel sonríe, que ya ganamos, dejando la competenci­a como ya resuelta a su favor.

También el PRI se presenta diferente. Por primera vez va con un candidato no militante,

ciudadano, y con el reto de que éste opere en dos frentes: con la militancia del partido y con los ciudadanos, labor casi imposible.

Como sea, esto no se decide hasta que se decida, parafrasea­ndo el gran Yogui Berra, más exacto que la hora del reloj atómico al afirmar que esto no se acaba hasta que se acaba.

Y a esto le falta un mes para que se acabe.

RETALES

1. ENCUESTAS. Los encuestado­res en México han pasado del infierno de 2006 y 2012, al paraíso de este 2018. Y es por un factor, quiero creer, exógeno: que todos ponen en primer lugar a López Obrador, por lo que éste ha dejado de ser un ejercicio cuchareado y ha adquirido una dimensión de profecía;

2. INE-CREÍBLE. Todavía es imposible procesar que el INE haya pasado por alto el impediment­o constituci­onal de la doble nacionalid­ad en el caso de Nestora Salgado, que es el argumento con el que un juez la sacó de la cárcel porque 18 meses después de detenida reclamó su nacionalid­ad estadunide­nse y denunció la ausencia de su cónsul en la declaració­n. Y luego en el INE hablan mal del Tribunal Electoral; y

3. ENCUENTRO. Esta semana los candidatos presidenci­ales tendrán una pasarela ante el influyente Consejo Mexicano de Negocios, y será una oportunida­d para que se vean por segunda vez López Obrador y Germán Larrea. La primera, cuenta el tabasqueño, fue hace 12 años, cuando le reclamó el rescate de los mineros muertos en la mina Pasta de Conchos.

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