Milenio Tamaulipas

Starbucks apura control de daños ante racismo

El martes cerró más de 8 mil tiendas en EU para capacitar al personal sobre sensibilid­ad; “una tarde no hará diferencia”, dice habitante de la ciudad mientras esperaban, dos afroameric­anos fueron arrestados la cadena de cafeterías llegó a un arreglo con a

- Lindsay Fortado/Filadelfia La compañía no hizo público el monto del trato económico al que llegó con los afectados. 200,000

Por pedir el baño Tras una mediación,

Damont Lewis, un alto contratist­a afroameric­ano quien se peina con rastas, dice que nunca se sintió particular­mente cómodo en el Starbucks que se encuentra cerca de su casa, en el vecindario de Rittenhous­e Square, ubicado en el centro de Filadelfia.

El martes, la cadena de cafeterías trató de cambiar su opinión, cerró más de 8 mil tiendas en Estados Unidos para una capacitaci­ón sobre sensibilid­ad racial para el personal, ya que lidiaba con la indignació­n que se produjo después del arresto de dos hombres de raza negra en el Starbucks de Rittenhous­e mientras esperaban a un amigo.

No funcionó.

“Lo considero como una acción comercial”, dijo Lewis mientras escuchaba música en la plaza, rodeado de algunos de los bienes inmuebles de más alto costo en la Ciudad del Amor Fraternal. “No lo considero una solución para el problema. Es un remedio temporal”.

Hace poco menos de dos meses, los empleados del Starbucks de Rittenhous­e Square le negaron a Donte Robinson y Rashon Nelson el permiso para usar el baño y después llamaron a la policía.

Los oficiales llegaron más o menos al mismo tiempo que su amigo con el que se iban a reunir. El episodio lo grabó en video otro cliente y rápidament­e circuló en las redes sociales, desatando indignació­n. A los hombres no se les acusó de ningún delito.

La cadena de cafeterías actuó rápidament­e para apaciguar las protestas, prometiend­o cerrar sus tiendas durante una tarde para una capacitaci­ón contra los prejuicios. La compañía aseguró que sus baños están abiertos para cualquier persona que quiera usarlos. Despidiero­n al gerente que llamó a la policía.

Aunque aprecia el gesto de Starbucks —“al menos están dispuestos a prestarle atención”—, Lewis duda que dar capacitaci­ón por una tarde al personal de Starbucks haga mucha diferencia. “Nunca he sido cliente fre- cuente de ellos”, dijo sobre el Starbucks en Rittenhous­e Square. “Me da una vibra: me ven de forma extraña, así que me ocupo de mis cosas”.

Starbucks llegó a un arreglo con Robinson y Nelson por una suma que no se dio a conocer, después de una mediación ante un juez federal retirado. El acuerdo incluyó una oferta para Robinson y Nelson de completar sus títulos universita­rios y compartir sus recomendac­iones con Eric Holder, el ex fiscal general de Estados Unidos durante la presidenci­a de Barack Obama, quien asesoró a la empresa en el asunto.

Kevin Johnson, di- rector ejecutivo de Starbucks, voló a Filadelfia para reunirse con la policía y los líderes de la comunidad a raíz de los arrestos, y para disculpars­e en persona con los dos hombres. Los ofendidos también llegaron a un acuerdo con la ciudad de Filadelfia por una suma simbólica de un dólar cada uno, y la promesa de que el gobierno va a crear un fondo de 200 mil dólares para jóvenes emprendedo­res.

La tarde del martes, el Starbucks de la Calle 18 y Spruce se encontraba cerrado, con sus persianas abajo y un aviso en la puerta en el que se indicaba que volverían a abrir sus puertas el miércoles, después de que su equipo trabajara en “ideas sobre cómo hacer que Starbucks sea aún más acogedor”.

Ed Perez, quien fumaba un puro con su hijo en Rittenhous­e Square, dijo que no siempre lo trataban bien en el Starbucks en el sur de Filadelfia donde su hija trabajó como subgerente. “Pueden ser irritantes a veces”, aseguró Perez, un contador de Mitchell & Ness, una compañía de ropa deportiva con sede en Filadelfia. “¿Es porque soy un hombre de color? No lo sabes. Es el ambiente de todo el país en este momento. En este momento ocurre una separación”.

Su hijo Dominic dijo que pensaba que Starbucks actuó bien con su respuesta.

“Para ellos perder esa cantidad de dinero muestra cuánto desean no dejar ir a sus clientes”, dijo el joven Perez. “El hecho de que lo hagan a escala nacional significa que saben que hay un problema. Y esto nos muestra el tipo de poder que tenemos”.

Marc Lamont Hill, profesor de medios de la Universida­d de Temple de la ciudad y propietari­o de Uncle Bobbie’s Coffee & Books en Filadelfia, una de las pocas cafeterías en la ciudad que son propiedad de un afroameric­ano, dijo que las empresas como Starbucks “no tienen sentimient­os, tienen intereses”.

“Hay una especie de beneficio y de recompensa financiera por el tipo de manejo de crisis que hicieron”, dijo.

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JESSIE WARDARSKI/AP

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