El verdadero peligro para México
Pues sí. Eso quería. Lo viene diciendo hace años, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte le parece un pésimo tratado, un documento gracias al cual México y Canadá se han aprovechado de Estados Unidos y, según él, han ganado miles de millones de dólares a costillas de los trabajadores estadunidenses.
Muchos no le creyeron, dijeron que ya llegarían los grandes empresarios estadunidenses a ponerlo en orden, que era imposible tanta tontería junta y que la economía estadunidense sufriría horrores si se atrevía a hacer algo así.
A pesar de los insultos, las ofensas, el embate contra nuestros paisanos allá, la absurda insistencia con el muro, México y Canadá arrancaron un proceso de renegociación del Tratado.
Por meses se hablaba de algunos avances, se concluían rondas, pero Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, siempre advirtió que había temas espinosos en los que los avances eran pocos y más bien se posponían para los últimos tramos de la renegociación. En todo este tiempo, Trump no cambió su discurso público de que el tratado era una calamidad para su país.
Los negociadores siguieron avanzando. Ayer el primer ministro canadiense contó una interesante historia de los últimos días. Según dijo Trudeau, en las últimas semanas y días, y para sorpresa de muchos, los negociadores reportaban haber estado cerca de cerrar un acuerdo. Tanto que el viernes pasado le habló a Trump y le propuso que Peña y él fueran a la Casa Blanca a cerrar los últimos detalles del acuerdo.
Entonces, el martes recibió una llamada de Mike Pence poniendo una condición para la reunión: que estuvieran de acuerdo en una cláusula de rescisión automática a los cinco años si algún país no quería renovarlo, lo cual era inaceptable para Canadá. Para efectos prácticos, la Casa Blanca boicoteó la posibilidad de un acuerdo.
Esa noche en Tennessee, Trump se lanzó contra los migrantes y el tratado. Ligó el pago del muro con el tratado que dice querer. Es decir, lo de siempre, cualquier tratado le quita votos con su base y quiere ganar las intermedias.
Ayer impuso tarifas. Las celebró en Twitter con mayúsculas.
Ya habría que entender que así es.